Un adiós al Menotti docente
11 de mayo de 2024
El domingo pasado falleció Cesar LuÃs Menotti, entrenador campeón del mundo con Argentina en 1978 pero sobre todo un docente.
Desde que tengo uso de razón en mi casa el nombre de Cesar Luis Menotti resultaba familiar, es que mi viejo compartió con El Flaco plantel de Boca Juniors, allá por el año 1966, siendo mi papá un juvenil de 18 años y Cesar un consagrado futbolista que ya había pasado por Rosario Central y Racing.
Cuando empecé a crecer en edad, mi fanatismo por el fútbol se tornó bastante obsesivo, consumía todo lo que podía en una época en la que la mayoría de la información circulaba vía gráfica y por el cable podías ver, a lo sumo, un par de partidos por fin de semana. Sin embargo, me alcanzaba para darme corte entre mis amigos saber hasta el último suplente de Ferro, o hasta cualquier pibe que había hecho debutar la dupla López y Caballero en Deportivo Español, eso era a mi criterio saber de fútbol. El tiempo y una noche que finalmente conocí a César me harían saber que no, que pensar que eso es saber de fútbol es creer que por comprar la Palermo Rosa todas las semanas podes curar a un caballo de carreras.
La segunda vez que vi a Menotti en mi vida, pero la primera que lo traté, fue una noche de enero de 1997 en Mar del Plata, en la casa de un histórico ayudante suyo: Vicente Cayetano Rodriguez. La primera había sido un día antes en un amistoso a puertas cerradas entre su Independiente y Feyenoord de Holanda, del que solo recuerdo un golazo de Usuriaga y lo bien que le pegaba a la pelota El Flaco cuando peloteaba a los arqueros.
No recuerdo qué comimos esa noche, ni quién más estaba aparte de mi viejo, Cacho Cayetano y Cesar, lo que sí me acuerdo es que jugaban Racing vs Boca en Mendoza y estaba el partido puesto y ellos tres haciendo comentarios. La escena, confieso, me intimidaba un poco pero a los 25 del primer tiempo me animé a meter un bocado y dije algo así como: “Con este 9 no vamos a salir campeón nunca”, lo decía por Martín Vilallonga el centro delantero de Racing. Cuando di vuelta la cabeza escuché a Menotti decirme: “¿Te parece pibe? Yo creo que tiene condiciones Vilallonga.” Me quedé callado.
En el segundo tiempo, tras otra jugada malograda por Vilallonga creo que me salió decir: “¡Que malo es este tipo!” y ahí César no me la dejó pasar, me empezó a explicar cada una de las cosas que el 9 de Racing hacía bien, que jugaba bien de espaldas, que tiraba bien las diagonales, que tocaba bien, que le pegaba bien a la pelota, me estaba enseñando conceptos que un fanático enceguecido no quiere ver y estaba haciendo que me guste más el fútbol como juego, que el fanatismo por un club o el propio folclore del fútbol. Todo eso lo entendí con el tiempo y me hizo disfrutar más y mejor de un deporte hermoso.
Mucho tiempo después, en la era de internet y youtube, una noche aburrido me puse a buscar entrevistas a Menotti y en una de ellas lo escuche decir: “Yo soy jugador, no juego porque los técnicos no me ponen” esa frase quedó retumbando en mi cabeza durante años.
El domingo pasado cuando en el entretiempo de la final de la Copa de la Liga anunciaron su fallecimiento me cayó otra ficha, esa noche de verano en Mar del Plata no solo El Flaco me había aleccionado sobre el juego, al defender a Vilallonga de las críticas un pibito insolente de 15 años. Había defendido a los de su clase, a sus compañeros de laburo. Eso también me enseñó Menotti: a defender siempre a los tuyos. Adiós Cesar. Ojalá le estés enseñando al barba que para entrar hay que saber salir.