Los canales de streaming son el fenómeno del momento. Las redes sociales amplificaron tanto la carta que desplazaron a los medios tradicionales de comunicación y varios periodistas ya se mudaron a estas plataformas.

El pionero de este formato sin duda fue Luzu TV que continúa con “Nadie dice nada” pero sumó a personalidades que vienen de la tele tradicional como Diego Leuco y Guido Süller. Olga de Migue Granados es el que más ha crecido en el último tiempo, con incorporaciones como la Negra Vernaci, Torttonese y Caro Pardíaco. 

De este lado de la grieta, Gelatina y Blender continúan generando contenido y disputándose la programación opositora al gobierno de Milei. Iván Schargrodsky y Mauro Szeta, comunicadores que son la marca registrada de los canales donde trabajan ya dijeron presente en estos proyectos.

Cuando creíamos que estaba todo dicho, en abril la productora Mandarina también se subió al tren y “Bondi” salió a la calle con Ángel de Brito y Beto Casella. El objetivo parece estar en atraer al público cautivo de “LAM” y “Bendita”, no tan veinteañero como por ejemplo el de “Luzu”.

El cambio en los medios de comunicación ya sucedió, es un hecho consumado. El papel, que cada día es más caro parece estar cerca de la extinción y las plataformas digitales desafían a la televisión que hasta ahora no tenía contrincante. Pero, ¿qué es lo que los empresarios ven de positivo? Abaratar costos. Lo nuevo viene acompañado también por un agujero legal interesante: nadie regula todavía el trabajo de los canales de streaming. 

Como contábamos la semana anterior, la reforma laboral que intenta aplicar la “ley bases” trae un artículo que permite a un trabajador “independiente” tener hasta cinco personas a su cargo sin que estos deban ser blanqueados. En espacios de pocas manos como este, esta reseña en particular podría derivar en la profundización de las condiciones de precarización en estos nuevos ámbitos. A pesar de que estas situaciones ya existen en las empresas tradicionales, el desafío está en reflexionar de qué manera aggionar los convenios a estas estructuras que no paran de crecer.

Por otro lado, hace ya muchos años que la mayoría de los medios de comunicación dejaron de ser novedad. Sus dueños son los primeros que no respetan el producto. Poca inversión y mucha espuma, pero con salarios por debajo de la canasta básica. En los últimos meses, empresarios hasta han acusado a los sindicatos por el “cierre” de sus productos al no querer paritarias dignas en un contexto inflacionario feroz como el que vive nuestro país.

El algoritmo posibilita que todo sea especialmente para vos ¿Quién se pondría a mirar la programación habitual de los cableoperadores, cuando abrís tus redes sociales y te hablan solo sobre lo que vos queres escuchar?

Porque la verdadera razón del furor de estas nuevas plataformas es que vos podes ser parte y también pertenecer. La discusión eterna sobre la identidad vuelve al centro de la escena y parece ser lo jugoso del asunto. El algoritmo, los lugares de pertenencia y la posibilidad de “charlar” con los famosos que se encuentran del otro lado.

Los primeros años de experimentación del streaming, fue donde las ideas libertarias de Javier Milei se hicieron más fuertes. Las nuevas generaciones desembarcaron primero y se toparon de frente con las criptomonedas, las teorías conspirativas y la promesa de dolarización. Ahora que hay voces interesantes para escuchar del campo nacional, es importante ampliar ese nicho e intentar hacerlo crecer.

El streaming parece ser la gran promesa comunicacional del 2024. Tal vez sea difícil para algunos sumarse a este nuevo mundo, pero el error real sería ignorarlo.