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Bases para la desintegración nacional


04 de mayo de 2024

El debate de la “Ley Bases” en la Cámara de Diputados y la inexorable marcha del proyecto hacia el Senado, exhiben un testimonio nítido de estos tiempos. De un lado, propuestas para la desintegración nacional; del otro, puja por conservar el sistema político demoliberal. ¿El proyecto nacional? Ausente.

Rodolfo Pablo Treber

La dolarización, fin último de la ley bases, es una acción concreta para la desintegración nacional. La falta de debate ideológico y programático de la oposición, la ausencia de proyecto político, es el campo fértil donde se reproduce.

Desde el inicio de la campaña electoral del año pasado, el espacio que encabezaba el entonces candidato Javier Milei, por más descabelladas y anti nacionales que resultaban sus propuestas, era el único que presentaba alternativas concretas a la depresión política-económica que llevaba la Argentina desde el 2012 a esa fecha (caída constante del empleo formal, de reservas de divisas y aumento permanente de la inflación). Dando un debate profundamente ideológico, presentaba su programa de gobierno y fundamentaba por qué a la Argentina le convenía entregarse completamente al dominio extranjero (del mercado) dado que, las anteriores administraciones, habían fallado rotundamente en su voluntad de ser una colonia próspera con un marco regulatorio parcialmente propio.

Desde la brutal naturalización de que la Argentina debe someterse eternamente a ser una factoría proveedora de materias primas a los países industrialmente más desarrollados, Javier Milei montó su campaña de propuestas tendientes a profundizar la idea de una argentina neocolonial. Ahora sí, totalmente entregada a los designios del poder económico extranjero, destruyendo al estado nacional y con ello, toda posibilidad de tomar decisiones de forma soberana. Del otro lado, el pueblo solo escuchó un vacío de ideas y críticas de carácter personal válidas, pero claramente insuficientes.

Resulta que, sin temor a equivocarme, las cúpulas de la dirigencia política se encontraban y se encuentran aún, más preocupadas por mantener los esquemas de negocios personales que le brinda el sistema de la democracia representativa liberal, que por dar vuelta el modelo productivo de economía primarizada y extranjerizada, causa primera de todos los problemas nacionales.

En otras palabras, se han resignado y/o acomodado a discutir diferentes formas de administración de una Argentina colonia que solo debe dedicarse a aumentar sus exportaciones, en detrimento de su mercado interno y la calidad de vida de su población.

Es ahí, en ese contexto de resignación, posibilismo y ausencia de debate profundo sobre el modelo de desarrollo nacional, donde nacen y se hacen fuertes las delirantes ideas de solución en base a la destrucción de lo propio.

Por eso, en este contexto histórico, es necesaria y urgente la organización popular de las bases militantes para voltear la Ley de Bases, que podría dar aire a la posibilidad de mayor endeudamiento externo y continuidad con profundización de este modelo de saqueo y desintegración nacional. La dirigencia traicionó hace rato.  

La promulgación de la Ley de Bases podría dar el mensaje de gobernabilidad y acuerdo político que los grandes grupos económicos esperan para profundizar su plan de saqueo. Consumado esto, se podría dar un ingreso de dólares por mayor endeudamiento externo o inversiones extranjeras directas (que tiene el mismo fin dado que se fugan las riquezas generadas), que le de cierta estabilidad o paz de cementerio, a una economía argentina totalmente saturada de continuos sobresaltos. Claro está, que esa quietud se daría por el peor de los caminos: la entrega total de la Patria y la consolidación de una pobreza mayoritaria.

En este sentido, uno de los fines de este proceso de desintegración nacional es el aniquilamiento de la moneda local y la imposición del dólar estadounidense en su reemplazo. La dolarización total, conllevaría nefastas consecuencias. La primera e inmediata sería la destrucción del poder adquisitivo dado que las divisas existentes, aunque ingresen 20 mil millones más, alcanzarían para un salario promedio que de ninguna manera superaría la línea de la pobreza, con lo cual el 90% de la población quedaría debajo de la misma. La segunda es que, en el corto plazo, todas las empresas nacionales comenzarían a competir mano a mano con la industria extranjera; por lo que se terminaría por destruir todo el entramado productivo nacional, ocasionando una desocupación masiva. Y, finalmente, anularía toda capacidad de respuesta de parte de los gobiernos de turno ya que la emisión, tasa de interés y condiciones políticas las impondrían los Estados Unidos. Esto es la anulación total de la soberanía nacional. Aun para aquellos que ya no les importe ni crean en la importancia de la soberanía, la dolarización solo agravaría los problemas de la economía dado que significa una profundización de la destrucción del aparato productivo nacional que se viene dando desde hace 46 años.

Por eso, como contraposición a la idea de dolarización y consecuente cierre del BCRA, necesitamos, más que nunca, poner en el centro del debate propuestas concretas para el desarrollo nacional. Debemos construir la organización y fuerza popular que sea capaz de instalar una agenda propia ajena a la voluntad entreguista y negociadora con el capital, que reina en la dirigencia.

Porque la solución real, el conflicto a enfrentar, es totalmente opuesto al debate actual: hay que reconquistar soberanía y pesificar la economía nacional. Para esto, es necesario orientar el enorme caudal de dinero hoy destinado a la especulación financiera, al crédito a la inversión con fines productivos y realizar una planificación económica para la industrialización nacional.

La recuperación del peso argentino como verdadera moneda, resguardo de valor, solo se puede dar en el marco de un proyecto de industrialización y fortalecimiento del mercado interno. Ineludiblemente, la administración nacional del comercio exterior y del sistema financiero, forman parte de una agenda patriótica para frenar el saqueo e impulsar el desarrollo económico.

Es responsabilidad nuestra, de la militancia, organizarse para impedir el avance de este modelo de saqueo colonial, torcer esta realidad y que un proyecto de desarrollo nacional vuelva a ocupar el centro del debate político en la Argentina.

Rodolfo Pablo Treber

Rodolfo Treber, analista económico, secretario político de la agrupación  Social XXI e integrante del espacio Encuentro Patriótico

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