¿Quién fue Norma Pla?
06 de enero de 2024
MatÃas RodrÃguez hace un repaso de la vida de Norma Pla, activista jubilada que luchó incansablemente durante el gobierno de Menem, por los derechos de los y las jubiladas.
“Cómo les van a dar la jubilación a los que no aportaron, eso es injusto con los que aportaron”, escuché una y mil veces, incluso de personas provenientes de la clase trabajadora. Nunca escuché: “Cómo van a dejar que los empresarios tengan en negro a sus empleados, hay que ponerles multa para que puedan tener aportes y jubilarse”. Eso, creo, dirÃa Antonio Gramsci es la hegemonÃa de la clase dirigente sobre la clase obrera. Ellos logran que culpemos al que está al lado de nuestros problemas, en este caso, las bajas jubilaciones y no al que está arriba.
Pero, algo empezó a pasar. En medio del ajuste a jubilados por parte del gobierno de Milei, se empezó a ver en los reels de Instagram y en los videos de Tik Tok las apariciones que más de 30 años atrás hacÃa Norma Pla, activista jubilada y luchadora contra el gobierno de Menem. Luego, aparecieron videos de youtubers, influencers y una gran cantidad de contenido digital empezó a circular reivindicando su lucha y su reclamo. Esta nota intentará aportar a esta ola de reivindicación de Norma para que extraigamos ideas y sentimientos que nos sirvan a este presente.
Empecemos
La madre de Norma BeatrÃz Guimil fue empleada doméstica de la familia MartÃnez de Hoz y el padre, guarda del TranvÃa 22. Norma, nació en 1932 en Villa DomÃnico, pero vivió toda su vida en el barrio San José de Temperley. A los 13 años Norma dejó la escuela y tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica. Luego, empezó en el rubro limpieza, tanto de lugares de trabajo como de casas particulares, al igual que su mamá.
Primero hay que saber sufrir
Norma tuvo muchos trabajos, decenas de patrones y clientes a lo largo de su vida, pero nunca estuvo en un empleo registrado. ¿Fue culpa de ella? ¿Ella eligió libremente trabajar en negro para luego reclamar cobrar una mejor jubilación? El argumento contra “los que no aportaron” en general se disipa cuando vamos a las particulares historias de vida.
Seis años después, Norma tenÃa 19 años y conoció a Miguel Pla de 28 años, un obrero gráfico de la zona. Luego de noviar un tiempo, se casaron y se fueron a vivir juntos. Primero alquilaron y después de unos años lograron comprarse una pequeña casa en San José. Tuvieron cuatro hijos y luego fueron abuelos.
En 1982, la fábrica de Miguel cerró y el esposo de Norma nunca más volvió a conseguir empleo en blanco. Si bien hizo changas, tuvo trabajos intermitentes en negro, ya estaba grande y nadie querÃa registrarlo. Esto hizo que Miguel no se pudiese jubilar. La pareja hacÃa todo tipo de labores, vendÃa golosinas en el baño de un boliche que después limpiaba y era ayudada por sus hijos. De esta manera, llegaba a fin de mes con lo justo.
Pocos años después Miguel murió. Norma recibió una pensión miserable que no le alcanzaba ni para comer, siguió haciendo changas y recibió la ayuda de sus hijos. Desde ese lugar de extrema vulnerabilidad, se enfrentó a uno de los gobiernos más hegemónicos de la historia argentina: el menemismo.
La lucha: “Somos más pueblo que milicos, nunca se olviden de eso”
Norma salió a luchar por primera vez en 1991. Fue una movilización en Plaza Lavalle para reclamar aumento a los jubilados. Menem hacÃa dos años que estaba gobernado y, después de una intensa lucha, llegaba la estabilización de la mano de la convertibilidad y el alineamiento con el consenso de Washington. Esto hizo que, durante un tiempo, los jubilados fueron prácticamente el único actor social en la calle.
Luego, gracias a su facilidad de palabra y elocuencia, se volvió la lÃder de un movimiento jubilado que crecÃa al compás de una crisis que generaba hambre entre los viejos y los chicos. Durante cinco años, todos los miércoles, cortaba la calle en frente al Congreso para exigir 450 pesos (que en ese momento equivalÃa a 450 dólares) de jubilación mÃnima. En ese momento, los jubilados ganaban la mitad.
El dÃa que Cavallo lloró
"No llore, señor ministro. Sea fuerte para defender lo suyo. Usted tiene madre, pero seguro no está con nosotros en la Plaza Lavalle. Tal vez no pague la deuda externa, pero pague a los jubilados. Piense en su Patria. Si lo presionan, salga al balcón y dÃgalo; el pueblo lo apoyará", dijo Norma en frente del chicago boy en pleno momento televisivo un 5 de junio de 1991.
Norma Pla y otros jubilados entraron al Congreso donde Cavallo explicaba su posición en una Comisión. Se reunieron y en la televisión quedó grabado el momento en que Cavallo lloró, al mencionar que también tenÃa padres jubilados con bajos ingresos.
Todos contra Norma
A medida que la lucha de Norma y los jubilados comenzó a crecer, el gobierno tuvo dos tácticas. La primera y más elemental: reprimirlos. Norma tuvo 26 procesos judiciales, estuvo detenida en varias ocasiones, pero nunca lograron quebrarla, Norma nunca dejó de luchar. “Siempre estoy detenida, pero no por ladrona ni por corrupta, sino por decirle la verdad a estos señores que nos están apaleando constantemente, pero la vamos a seguir. Somos más pueblo que milicos, que no se olviden de eso”, fue una de sus respuestas.
Cómo no pudieron quebrarla, intentaron ridiculizarla. Los cruces de Norma con Mauro Viale (de tal palo, tal astilla) y con Gerardo Sofovich, siguen se convirtieron en piezas de reliquia de la televisión argentina. Una jubilada, sin estudios logró poner en jaque a dos pesos pesados de los medios de los 90, en pleno prime time.
“Usted quiere protagonismo”, le repetÃa Mauro Viale, “quiere su lugar en la televisión”. “No señor, está equivocado, yo quiero mis 450 pesos y me quedo en mi casa. Yo no soy nadie, a mà me eligieron los jubilados para hablar”. Norma era directa, de palabras simples, llanas, pero era muy rápida para contestar, muy elocuente. En esas entrevistas, cosechó un gran apoyo de la audiencia y otra vez el tiro les habÃa salido por la culata.
Hace 28 años, en enero de 1996, Norma asistió a su última marcha a los 63 años. VenÃa muy golpeada por un cáncer de mama y falleció en su casa el 18 de junio. Hubo que esperar hasta 7 años para que se pudiesen jubilar personas que no tenÃan aportes o que les faltaban algunos años. Recién en el 2006, el gobierno de Néstor Kirchner subió la jubilación a 470 pesos, aunque en ese momento, el dólar ya se habÃa devaluado a 4 pesos.
Probablemente el legado más importante de Norma fue mostrar cómo se puede encontrar la dignidad en la lucha y la de darle voz a un colectivo históricamente olvidado. Cada vez que escuches que alguien te diga que es injusto que se hayan jubilado personas que no tienen aportes, hablales de esta historia, hablales de Norma Pla.