infoNativa

El gobierno argentino viajó a China en busca de recursos para enfrentar su propia crisis


03 de junio de 2023

Muy a pesar de la deploraciones o celebraciones, según el caso, que provoca este viaje a China de las principales figuras políticas del oficialismo argentino, debemos decir que descreemos se trate de un viraje geopolítico o una mueca de autonomismo.

Fernando Esteche

Breve historización de las relaciones bilaterales contemporáneas chino-argentinas

Varios son los hitos que podemos enumerar para aportar a la comprensión de las relaciones entre China y Argentina.

Más temprano aún que la consolidación de la Asociación para la Cooperación de Shanghái y mucho más todavía que el lanzamiento de la iniciativa de Un Cinturón Una Ruta (BRI) o Nueva Ruta de la Seda, emblema de la política exterior china; ya ambos países habían manifestado voluntad de asociación atendiendo a intereses mutuos de despliegue de influencia, consolidación de cadena de suministros y ampliación de comercio e infraestructura.

Durante el Gobierno de Néstor Kirchner se sentaron las bases para una asociación estratégica integral entre China y Argentina mediante la firma de un Memorándum de Entendimiento en 2004.

Ya con Cristina Fernández de Kirchner en la presidencia y como continuidad del plan nacional en 2008 se firmaron acuerdos en áreas como comercio, inversión en energía y cooperación en infraestructura. Estos acuerdos sentaron las bases reales para una mayor cooperación bilateral.

Se destacan en estos acuerdos los de desarrollo de infraestructura como el acuerdo para la construcción de dos represas hidroeléctricas en la provincia de Santa Cruz: Las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, ubicadas en el río Santa Cruz, fueron proyectos de gran envergadura que contaron con la financiación y el respaldo de China.

También se comprometió a la modernización y ampliación de la red ferroviaria de carga: Se firmó un acuerdo para la renovación y expansión de la red ferroviaria de carga en Argentina, con el objetivo de mejorar la eficiencia logística y promover el comercio.

En 2013 asume Xi Jinping en China y las relaciones se consolidan, China ha buscado expandir su influencia en América Latina, incluyendo a Argentina, como parte de su iniciativa de la Franja y la Ruta.

Durante la visita de Xi Jimping a la Argentina se firmaron memorándum de cooperación que sentaron las bases para un acuerdo estratégico integral.

En 2015, se estableció la Asociación Estratégica Integral entre China y Argentina, lo que fortaleció aún más los lazos bilaterales. Hay que considerar que el gobierno kirchnerista atravesaba su último año en el poder.

En términos de proyectos de infraestructura, se destacan:

La modernización y expansión del Ferrocarril Belgrano Cargas: Se firmó un acuerdo para la renovación y ampliación de esta importante vía férrea de carga en Argentina, con el objetivo de mejorar la conectividad y el transporte de mercancías.

La construcción de una planta nuclear en Argentina: Se acordó la construcción de la cuarta central nuclear en Argentina, la Central Nuclear Atucha III, con tecnología china y financiamiento conjunto.

El intercambio comercial entre China y Argentina ha experimentado un crecimiento constante durante el mandato de Xi Jinping. En 2013, el intercambio comercial bilateral alcanzó los 14.5 mil millones de dólares, y en 2020, a pesar de los desafíos económicos globales, alcanzó los 14.8 mil millones de dólares.

Según datos oficiales, el 21% de las importaciones realizadas por el país sudamericano en 2022 tuvieron como origen China, con compras que ascendieron a 17.502 millones de dólares.

Las principales exportaciones de Argentina a China incluyen productos agrícolas como la soja, la carne y los productos pesqueros. Por otro lado, China exporta productos manufacturados, maquinaria y productos electrónicos a Argentina.

La firma del protocolo sanitario en 2015 permitió el inicio de las exportaciones de carne vacuna argentina a China, lo que ha contribuido significativamente al crecimiento del intercambio comercial entre ambos países.

Estos acuerdos se dan en el marco de la oleada concurrente de gobiernos nacional populares en toda Nuestroamérica.

Se producirá una desaceleración y enfriamiento de las relaciones durante el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, que además coincidirá con una oleada de restauración neoliberal en el continente y de redespliegue norteamericano en la región.  Sobre todo en lo referido a cuestiones de infraestructura, energía y tecnología se enfriarán o directamente suspenderán los acuerdos, sosteniendo solamente el crecimiento continuado del comercio.

 

Argentina como parte de la Ruta de la Seda

La firma del Memorándum de adhesión argentina a la Iniciativa de Un cinturón Una Ruta, se realizó en febrero del 2022 entre el canciller argentino Santiago Cafiero y He Lifeng, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de la República Popular China.

El comunicado oficial argentino será tan auspicioso respecto del acuerdo concretado que agitará a las vertientes internas del propio gobierno a operar inmediatamente la neutralización de la efectividad de tal acuerdo ponderando su genuflexión a los intereses norteamericanos; el gran arquitecto de estas maniobra fue el super-secretario de relaciones internacionales especiales Gustavo Beliz y el Jefe de Gabinete Juan Manzur.

El acuerdo establece que el financiamiento para obras estratégicas de infraestructura en la Argentina se instrumentará en dos tramos, uno ya aprobado por 14 mil millones de dólares, bajo el mecanismo del Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica (DECCE); y un segundo paquete, por 9.700 millones de dólares, que la Argentina presentará en el Grupo Ad Hoc creado entre ambos países para iniciar el trabajo tras la adhesión a la Franja y la Ruta de la Seda.

Como ya sabemos La Iniciativa de la Franja y la Ruta tiene por objeto impulsar la cooperación y la conectividad entre los países a través de dos componentes principales: uno de carácter terrestre (la “Franja Económica de la Ruta de la Seda”) y otro transoceánico (la “Ruta Marítima de la Seda”). Se trata de una iniciativa para desarrollar una plataforma para estimular el comercio y las inversiones, la integración de los mercados y la cooperación económica entre regiones. A mediano plazo, el Memorándum busca obtener resultados concretos que permitan impulsar el comercio bilateral en materia de bienes y servicios y concretar inversiones para el sector productivo y para el desarrollo de capacidades tecnológicas.

En el encuentro, se subrayó el apoyo de China a los esfuerzos para preservar la estabilidad económica y financiera de la Argentina, valorando la renovación del Acuerdo de SWAP de 2020. La parte china manifestó estar dispuesta a estudiar proyectos de canalización de derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional y de expansión del uso de los mismos con el objeto de fortalecer el desarrollo económico, la estabilidad financiera y el comercio bilateral.

De la misma manera, destaca el comunicado oficial de entonces que se reafirmó el compromiso de ambos países con el multilateralismo, la implementación de la Agenda 2030 y se coincidió en la relevancia del G20 como foro destacado para la cooperación económica internacional asistiendo en una recuperación económica sostenible y equilibrada ante la crisis del COVID-19; todas cuestiones formales razonables que constituyen declaraciones de principios que inmediatamente la contraparte argentina pondrá en cuestión debido a su firme alineación con los Estados Unidos.

 

El viaje de los mendicantes

Obviamente hay sectores argentinos, principalmente el embajador argentino en China, muy exultantes y esperanzados con estos acuerdos que incluyen la promesa de transferencia de tecnología y financiamiento en condiciones especiales para la construcción de la central nuclear, instalación de una planta de fabricación de los vehículos blindados 8×8 para uso militar y la adquisición de aviones JF-17 de tercera generación; la tecnología 5G y los swaps para el Banco Central, todo esto como posibilidad sin contemplar la reacción de Estados Unidos ni de los sectores colonialistas argentinos que sabotean semejante vademécum.

Muy a pesar de la deploraciones o celebraciones, según el caso, que provoca este viaje a China de las principales figuras políticas del oficialismo argentino, debemos decir que descreemos se trate de un viraje geopolítico o una mueca de autonomismo. Lejos de eso creemos que ese enmarca en la tendencial afirmación de la fondomonetarización del gobierno y eventualmente de la sucesión si es que les tocara ese rol. NO se trata de ninguna manera de un giro geopolítico.

Hay un objetivo doméstico que tiene que ver con que las dos principales figuras de la alianza gobernante terminen de acordar los roles y candidaturas y el futuro del espacio propio, que a simple vista y en razón de este viaje parecieran estar más que anunciadas, es claro que redunda en un espaldarazo de la poderosa vicepresidenta Cristina Kirchner para con el ministro de economía Sergio Massa que encabeza esta misión argentina y que es acompañado por el hijo de los expresidentes Kirchner. Es el primer paso de la instalación internacional del hijo de los expresidentes.

Sergio Massa, de inocultables relaciones con el Departamento de Estado norteamericano, relaciones incluso amicales con el responsable para el hemisferio occidental, Juan González, no es un hombre que vaya a romantizar el multipolarismo ni a protagonizar muecas de autonomismo pro-chino gratuitamente. Pero es un hombre con un pragmatismo contundente.

La presencia de Pesce, el presidente del Banco Central, figura cuestionada hasta hace semanas por su manejo en el control de divisas, en la pequeña comitiva da cuenta de que uno, sino el principal, de los objetivos tiene que ver con los swaps y con la búsqueda de dispositivos para aliviar la crisis de divisas argentinas y la necesidad de construir reservas.

Brasil ha sido quien ha abierto el camino en Nuestraamérica demostrando cuáles son los niveles de autonomía tolerados por el hegemón occidental sin que esto redunde en una tensión asfixiante o en una crisis política o económica. Pero claro, Brasil está entre las diez primeras economías del planeta, está presidida por un estadista y tiene conciencia y comando de su propia política exterior y de su comercio. Argentina en cambio no controla su comercio exterior, tampoco tiene capacidad de control sobre sus entidades financieras y está presidida por un hombre al que repudia su propia alianza de gobierno consciente de transitar los últimos meses como presidente.

No obstante y a pesar de los gestos de mal gusto de la Argentina por ejemplo en un alineamiento poco decoroso en el caso de la guerra proxy en Ucrania, o el anuncio mediático luego de la entrevista de Alberto Fernández con Joe Biden sobre “congelar” las relaciones con China; China ha sido muy firme en remarcar su interés de incorporar al país sudamericano al Banco de Inversiones Asiático, su voluntad y apoyo para incorporarlo al Banco de los BRICS y su apoyo en el directorio del FMI (China es el segundo socio mayoritario después de Estados Unidos), además de la voluntad de ampliar el swap. Obviamente China no es un benefactor desinteresado y tanto la disposición de los swap importan intereses y endeudamiento (las divisas de libre disponibilidad están un 8% de intereses por encima de la tasa internacional) con China como con cualquier otro acreedor importa también la ponderación de lo propio en términos comerciales o de desarrollo en general.

La ampliación del SWAP para China redunda en avances concretos de asociación comercial. Para Argentina es apenas un alivio que le permite conservar dólares en sus reservas. Con la ejecución del SWAP se busca frenar la salida de dólares en importación, el reemplazo de divisas se hará en virtud de la ampliación del acuerdo de intercambio de monedas que Argentina y China firmaron en noviembre pasado. El nuevo convenio permitió al país sudamericano disponer del equivalente a 5.000 millones de dólares como reservas de libre disponibilidad y amplió hasta el 48% (prácticamente la mitad) la participación china en las reservas internacionales brutas del Banco Central argentino.

Todo el otro paquete que se anuncia como las inversiones chinas en Argentina en infraestructura, algunas es probable que avancen (distribución eléctrica y saneamiento planta potabilizadora de AySA) en tanto no afectan estratégicamente los intereses norteamericanos (a pesar de lo cual el proyecto de modernización del Belgrano carga fue monitoreado e impugnado por los Estados Unidos y congelado por el canciller Cafiero y el presidente Fernández lo cual provocó una pelea entre Massa y Cafiero); pero otras no sólo son improbables sino que estarían constituyendo un gesto de soberanía que este gobierno no tiene oxígeno para ensayar.

El desembolso para la continuidad de la construcción de las represas Kirchner y Cepernic ha sido anunciado con estentóreo entusiasmo pero cosntituye la quinta parte de lo que se esperaba. La construcción del complejo hidroeléctrico fue detenida por el macrismo y siguió detenida en este gobierno por el poder de presión de los norteamericanos. Y no avanzará mucho. Lo que no podrá conseguirse es financiamiento para la Central nuclear Atucha III, lo cual de conseguirse terminaría en una estafa argentina a China porque Estados Unidos no permitiría semejante desarrollo.

El resultado del viaje será el fogueo del hijo de los expresidentes en la arena internacional, una oxigenación para las reservas del BCRA hasta las elecciones, seguramente el aval para poder comerciar con Brasil independientemente del dólar (esto sería garante el Banco de Desarrollo Chino) y algunas obras de infraestructura dependiendo de la continuidad o no de la administración política. Porque la inteligencia política china sabe muy bien que el colonialismo obediente de este gobierno es tímidamente multilateralista respecto del colonialismo genuflexo occidentalista de la actual oposición que resulta desembozadamente pro norteamericana.

——————

 

Nota originalmente publicada en el periódico cooperativo PIA. Portal de noticias internacionales alternativas. 

 

 

 

Fernando Esteche

Fernando Esteche es dirigente del Encuentro Patriótico. Doctor en Comunicación Social (FPyCS-UNLP). Director de PIA Global. 

Compartir esta nota en