El capital financiero de Manhattan, el FMI y la burguesía local
13 de septiembre de 2025
El grado de invasión del poder económico del capital financiero de Manhattan en la Argentina de Milei no tiene límites, y esa es la razón por la que, tras la derrota en las elecciones bonaerenses, el Presidente le echa la culpa a la política y no al plan económico que llevan adelante, pese a que el ex comisario Maximiliano Bondarenko, candidato a diputado por La Libertad Avanza de la tercera sección electoral de esa provincia, dijo: “mi madre es jubilada y no le alcanza para vivir”, como le sucede a la amplia mayoría de jubilados y pensionados del país.
Milei no es tan tonto como para no entender, pero habiendo acordado con el capital financiero de Manhattan (BlackRock, Vanguard group, Fidelity, Pimco, Franklin Templeton, Gramercy, Greylok, etc) que fueron los que repatriaron y propusieron a sus cinco principales funcionarios en el área (Luis Caputo, Santiago Bausili, Vladimir Werning, José Luis Daza, y Pablo Quirno), se subordina a ellos, quienes carry trade mediante, combinan altas tasas de interés con retraso cambiario generando una abismal renta en dólares, que implica nuevos endeudamientos para pagarlo (deuda que se convierte en fuga), y la reducción del gasto público con el único objetivo de generar un superávit primario para pagar los intereses en pesos y/o convertirse en divisas.
Obviamente que semejante discrecionalidad impacta en el sistema económico y social, empobreciendo y endeudando al país, condicionándolo a obtener nuevos créditos para pagar una deuda que crece por sí sola para beneficio de los acreedores.
Sin embargo, después de las elecciones del 7 de septiembre 2025, la actual administración tenía que hacer frente a vencimientos de títulos en pesos por 7,3 billones (es en pesos, pero equivalente a unos 5.000 millones de dólares) en la primera licitación de las dos que hace por mes, el día miércoles 10, y las tasas como los plazos fueron más convenientes que la realizada en el mes de agosto 2025.
En el primer llamado de agosto el nivel del rollover fue del 61%, lo que dejó liberados unos 5,8 billones de pesos. Ello a su vez obligó al Ministerio de Economía a armar una nueva licitación en las que ofreció bonos TAMAR (que es la tasa que pagan los bancos a sus depositantes por imposiciones mayores a un billón de pesos) a noviembre de este año, mientras que el Banco Central incrementaba los encajes para absorber el excedente de liquidez.
Y en el segundo llamado, el del miércoles 27 de agosto, los vencimientos en poder de los bancos y tenedores privados sumaban 9,1 billones de pesos y logró refinanciarlo pagando tasas del 75,66% (4,81% mensual) en Lecaps (Letras capitalizables) al 30 de septiembre 2025, y colocando Bonos TAMAR (esa tasa fue en ese día del 64,13% nominal anual, y una TIREA del 86,78%).
Cuando el día 10 de septiembre 2025 el Gobierno logró renovar el 91,4% de los compromisos (adjudicó 6,633 billones de pesos) y las tasas anuales estuvieron cerca del 60% (una tasa mensual de casi el 4%, que más que duplica la inflación del 1,9% de agosto según el IPC del INDEC, pero menor a la que el Tesoro de la Nación pagó en ese mes), en donde más de la mitad de lo recaudado se concentró en el instrumento más corto, pero que vencen cinco días después de las elecciones legislativas del 26 de octubre 2025.
Es obvio que hubo un acuerdo con los principales bancos tenedores de títulos públicos (Santander, BBVa, Macro, Galicia, Supervielle, Citi, etc.) y con la ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos)[1], donde no es ajeno el capital financiero de Manhattan con participación en las acciones de los bancos nombrados y de las empresas que cotizan en ByMA.
Obviamente que en forma paralela el equipo de economía no dejó trapisonda por hacer, como la de intervenir dentro de la banda de flotación con dólares del Tesoro que debería conservar para hacer los pagos de divisas que restan para el corriente año y para el comienzo del 2026. O la de realizar contratos a futuro de venta de dólares a un precio similar al vigente (precio presente o spot), mientras paga tasas en torno al 4% mensual en pesos, garantizando la renta financiera. Y hasta la venta de divisas que tienen asignación específica como son los créditos del BID[2] y del BIRF. O la denuncia de los trabajadores del del FGS de la ANSeS por la venta de bonos y acciones a precio menor al real
En ese marco, el ministro de Economía Luis Caputo viajó a Washington para verse con la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, que el organismo comunicó brevemente diciendo: “fue informado de las recientes intervenciones del Tesoro en el mercado de divisas, que, según explicaron las autoridades argentinas, fueron una respuesta temporal al aumento de la volatilidad del mercado”. Para aseverar que el FMI ve con preocupación "la volatilidad de las tasas de interés y los efectos negativos asociados sobre la actividad económica".
Es obvio que fue a pedir autorización para emplear el crédito del FMI para intervenir en el mercado cambiario argentino, cuando la carta orgánica de constitución del organismo internacional de crédito lo prohíbe expresamente, y seguramente, ver la posibilidad de que le otorguen un nuevo tramo de los 6.000 millones de dólares que quedan pendiente del crédito del FMI por 20.000 millones otorgado el 14 de abril 2025.
Luis Caputo en persona discutió en su momento y al no cumplir la Argentina las metas de incremento de las reservas internacionales acordadas con el FMI, con los jefes de la misión del organismo, Rodrigo Vadés y Luis Cubeddu, consiguiendo no solo su remoción en el cargo, sino el crédito del FMI.
Obviamente, el actual jefe de la misión, el nepalí Bikas Joshi, se muestra más prudente y sabe que Caputo representa al capital financiero de Manhattan y se subordina a las directivas del staff del organismo, guardando silencio y cumpliendo ordenes
Todas las mentiras de que tenían controlada la inflación con una tasa fija de devaluación que comenzó a ser del 2% y luego del 1% mensual, volaron por el aire con la corrida cambiaria y la pérdida de reservas internacionales por 6.300 millones de dólares desde el primer día hábil de 2025 hasta el 11 de abril de este año. Después diciendo que era una nueva etapa, por el mecanismo de la banda de flotación, derraparon aún antes de las elecciones del 7 de septiembre, cuando debieron convalidar las tasas en agosto, que para pagarlas significaron mayor emisión de dinero. Incrementaron la Base Monetaria en 502,3% desde el lunes 10 de diciembre 2023, superando holgadamente el IPC del Indec que en igual período creció en 181,3%, o del precio oficial del dólar que lo hizo en 367% (de $400 a $ 1.468 el viernes 12 de septiembre 2025).
Y si se incrementaron las reservas internacionales brutas del BCRA de 21.428 millones de dólares a 40.511 millones de esa moneda el 9 de septiembre 2025, fue por que ingresaron:
De esos 46.224 millones pueden justificar una parte por el pago de los servicios de la deuda pública (con los generosos intereses que pagan), pero la fuga de capitales supera los 25.000 millones de dólares, suma que más que ameritan una fuerte auditoría de investigación, y la correspondiente presentación ante la justicia.
Las cuentas públicas
Recién el 18 de septiembre 2025 la Secretaría de Hacienda publica el Resultado Fiscal de agosto, pero en los datos de julio debieron reconocer el déficit financiero para ese mes, de $168.515,2 millones, producto de un resultado primario de $1.749.385,5 millones, y el pago de intereses de deuda pública neta intra-sector público por $1.917.900,7 millones. En los siete meses del año los intereses de la deuda superan holgadamente el superávit primario, pero colocan títulos capitalizables (esencialmente LECAPs) que les permite postergar su pago (y contabilización) en meses venideros.
De no realizar ese financiamiento por el Tesoro de la Nación, y pagaran los intereses a su vencimiento, la suma total de los mismos (ante la magnitud y la perentoriedad en los plazos de la deuda bruta) representa más del 40% del gasto ejecutado.
No podrían pagar ni las remuneraciones, ni las magras jubilaciones y pensiones que abonan. Realizaron una brutal reducción del gasto público de la Administración Nacional, que el ministro Caputo se jacta de ser el 5,5% del PIB a mayo de 2025 (El gasto total era del 22,5% en el 2023, y lo llevaron a 17%)
La mayor reducción es en la obra pública (solo fue del1,8% del gasto total, cuando en el kirchnerismo representó siempre dos dígitos del gasto, llegando a ser del 16,85% en el año 2014), ni siquiera se hacen las tareas de mantenimiento, en una virtual parálisis de proyectos esenciales para el desarrollo, desde la infraestructura vial hasta escuelas, hospitales y redes básicas como las de agua potable.
A la ignorancia supina de la administración pública se suma la necedad ideológica del ajuste fiscal, que implicó la eliminación o debilitamiento significativo de organismos claves del Estado, como el INTI, INTA, DNV, ANMAT y CONICET, etc.
Cuando reprogramaron el Presupuesto 2023 para incluso ejecutarlo en el año 2025, el Presidente Javier Milei, hablándole a sus mandantes dijo textualmente: “el año que viene (por el 2025) la prioridad es pagar la deuda”.
En síntesis
Pese a todo ese grado de desequilibrio e irracionalidad, el capital local nucleados en la AEA (Asociación Empresaria Argentina)[3] y sus demás satélites, que hablaban de “resetear” la economía argentina con una reforma laboral y tributaria[4] que los beneficiara en exclusividad, y que a su vez se les permitiera adueñarse de los recursos naturales (petróleo, gas, litio, minerales raros, cobre, oro, plata, hierro, uranio, agua pesada, agua potable, etc.) que por la Constitución Nacional pertenecen al pueblo argentino (no a los gobiernos).
Ahora, ante el desplazamiento por al capital extranjero, la renta financiera (y las altas tasas que deben pagar para financiarse), la caída del consumo y del nivel de actividad, se dan cuenta de lo estúpido que son
Sin financiamiento externo no pueden cumplir las metas de exportación y crecimiento de Vaca Muerta. Les habían prometido que iban a invertir y solo trajeron capitales especulativos que es deuda y fuga.
La burguesía local trata de terminar con el período Milei que ellos mismos impulsaron, pero el capital financiero de Manhattan (y la Secretaría de Estado de los EEUU) no están dispuesto a ceder a un presidente tan servil a sus intereses.
[1] Nace en el año 2013 de la fusión de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y la Bolsa de Buenos Aires.
[2] En el caso del crédito del BID, la denuncia hecha por los trabajadores de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) por 265 millones de dólares que el BID aprobó para los programas de asistencia y nuca ingresaron a la Agencia.
[3] Son socios de AEA: Luis Pagani, Paolo Rocca, Héctor Magnetto, Sebastián Bagó, Federico Braun, Alberto Hojman, Eduardo Elsztain, Marcelo Argüelles, Claudia Álvarez Argüelles, Martín Brandi, Alejandro Butti, Eduardo Costantini, Claudio Cunha, Ignacio Lartirigoyen, Amadeo Vázquez, Pierpaolo Barbieri, Aldo B. Roggio y Juan Iramain.
[4] Que es la refroma que les promete Javier Milei y envía los proyectos al Congreso de la Nación