Colonialismo a todo gas
05 de julio de 2025
Semana dura de un invierno de carencias. Faltó gas en los hogares y las industrias de un paÃs productor, que bate récord y exporta el hidrocarburo. En vÃsperas de un nuevo 9 de julio, atravesada la Patria por un programa de miseria planificada y sumergida en una cultura de colonialismo explÃcito que asusta y asombra, es necesario reconstruir la matriz nacionalista que nos permita edificar nuestro futuro.
En los primeros diez dÃas del invierno fallecieron nueve personas en situación de calle. En lo que va del año, el número asciende a 63. Nombres que no se nombran, historias de vida que no se cuentan, crónicas sin cronistas de una muerte dolorosa, fÃsica y moralmente. El invierno recién arranca y la ola polar de los últimos dÃas desnudó, aún más violentamente, la crueldad que identifica este tiempo de deshumanización tan extendida culturalmente.
Una mezcla explosiva de ignorancia, soberbia, brutalidad e impunidad caracteriza el derrotero polÃtico del ex fiscal adscripto a la nómina del espÃa Stiuso, devenido en dirigente polÃtico de Cambiemos y actual intendente de Mar del Plata, don Guillermo Montenegro.
Desde la asunción del idiota de Milei en la presidencia, Montenegro sintió que era el momento de exhibir sus propios atributos contratando matones y publicistas para verduguear personas en situación de calle y construir una narrativa épica de semejante barbaridad.
A la sobreactuación de la violencia cobarde, le sumó la retórica de época de elogio irrestricto a los propietarios privados de la entelequia conocida como “el mercado”. En la semana más dura de la ola polar sobre Mar del Plata, el mercado lo dejó sin gas y su brutalidad dejó un muerto en las calles de la localidad que lo tiene como intendente.
“Quizá nos hemos acostumbrado a mirar sin ver. A deslizarnos entre imágenes de dolor sin saber muy bien qué hacer con ellas. A veces sentimos que estar informados es una forma de estar presentes, de no ser indiferentes. Pero también podrÃa ser que tanta exposición nos esté alejando, poco a poco, de algo más esencial: el juicio, la pausa, la posibilidad de conmovernos de verdad” nos dice el crÃtico del desarrollo tecnológico Miguel Alexandre Barreiro-Laredo.
Durante la reciente ola polar el derrotero tecnológico de la información saturó de noticias sobre el corte del GNC en estaciones de servicio, sobre la crisis de suministro de gas residencial y comercial en Mar del Plata y la genérica advertencia del corte en las industrias de distintos rincones de nuestra Patria.
Pero no toda sobreinformación, informa. Por mucho vehÃculo tecnológico para acercar la noticia que exista, si se pone en evidencia las responsabilidades de los grupos económicos en el padecimiento de nuestra gente, la realidad se invisibiliza en la dispersión de datos.
Temperaturas de 10 grados bajo cero en la Patagonia y hogares calefaccionados a leña, incendios en vivendas humildes como consecuencia de conexiones precarias o calefacción inadecuada, escuelas cerradas en la provincia de Neuquén, generadora de gas y centro de las exportaciones del fluido a Chile. Hay que hurgar en el espectáculo de la crueldad y la sobreinformación carente de sentido para encontrar estos tópicos como testimonio de una extendida realidad social.
Peor aún si la información apunta a develar que, en el corazón de Vaca Muerta, empresas multinacionales como Total en Aguada Pichana y PlusPletrol en La Calera, aduciendo problemas no programados, decidieron inyectar menos gas y dejar sin presión los ductos que alimentan. Sin esa presión en el suministro, naturalmente, no se pueden calefaccionar nuestros hogares, ni suministrar nuestras industrias ni motorizar una parte importante del comercio interno.
A todo gas
El 73% de todo el gas que produce la Argentina está en manos de cuatro empresas. Durante los últimos meses del año pasado y los primeros de 2025 la multinacional francesa TotalEnergies desplazó en forma histórica a YPF como la principal productora de gas del paÃs. Completan el ranking Pan American Energy y Tecpetrol, seguidas a distancia por Pampa EnergÃa de Marcelo Mindlin y PlusPetrol.
TotalEnergies, en forma reciente, ha concluÃdo una experiencia piloto de exportación de gas desde Vaca Muerta con destino a Brasil, utilizando para ello los gasoductos de la petrolera estatal Boliviana en el vecino paÃs. Mientras eso ocurrÃa, la multinacional francesa acordaba con el gobierno argentino el suministro de ocho barcos de Gas Natural Licuado. La misma empresa que exporta gas desde Argentina, también lo importa con valor agregado en GNL.
“Nuestro gas es entubado / En caños de alta presión / Que llevan calefacción / Para entibiar otros pagos” decÃa don Marcelo Berbel en su obra “El Embudo” masificada luego por Leon Gieco, cristalizando en la cultura popular neuquina, el destino colonial del sacrificio de nuestros bienes comunes. “Le costará comprender / Por qué este petróleo nuestro / Lo industrializan tan lejos / Y el subproducto después
Vuelve a su tierra otra vez / Sabe Dios por qué manejos” explicaba Berbel en la misma canción.
Durante la última década, en nombre de cualquiera de las fuerzas polÃticas gobernantes, la retórica instaló la idea de generar obras de infraestructura para fortalecer la exportación de gas, conseguir dólares y, con ello, pagar la deuda externa contraÃda para evitar desacoples macroeconómicos. Incluso, desde la oposición mediática e institucional de este tiempo, cuestionan a Milei por el abandono de obras que capitalizan ésta matriz colonial de producción económica.
La cultura polÃtica de época, contrasta decididamente con nuestra historia.
“Aspiramos a una liberación absoluta de todo colonialismo económico” sostuvo Juan Domingo Perón al presentar en el año 1946 su primer plan quinquenal.
El 1 de enero de 1947, en el primer aniversario de la creación de Gas del Estado, Perón y el ingeniero Julio Canessa soldaron el primer caño del gasoducto que unirÃa Comodoro Rivadavia con Llavallol.
Dos años después, el 29 de diciembre de 1949, se concluÃa el primer gasoducto en nuestro suelo. 1605 km de caños que daban forma a uno de los más largos del mundo. Argentina pasaba de calentar con gas de alumbrado en base a carbón de hulla importado de Gran Bretaña, a ser el tercer paÃs en el mundo -en 1955- más avanzado en el aprovechamiento del gas natural, lo superaban apenas Estados Unidos y la Unión Soviética.
En 1992, al momento de ser privatizada Gas del Estado y desmembrada en 13 empresas que desmantelaron la integración en el aprovechamiento y suministro, el Estado administraba 21.728 km de gasoductos (12.550 mayores y 9.178 menores).
El repaso, sin dudas, no es caprichoso. Contrasta decididamente con el abordaje de los conflictos en ésta coyuntura.
Aún más doloroso, es la revisión del tiempo más reciente. Porque el contraste no solo gravita sobre la dinámica de producción polÃtica del actual desgobierno, sino porque también contrasta el sentido histórico del peronismo en su actual hegemonÃa.
En el año 2013 Julio De Vido anunciaba un tramo de 757 km del gasoducto del NEA en Formosa. En su discurso, diferenciaba un gasoducto pensado para fortalecer la industria y los hogares de nuestro noreste, con “la década del 90 cuando se construyeron 9 gasoductos para exportar gas, porque el gas sobraba en la Argentina”. SostenÃa en aquel acto que “Ahora el gas es nuestra matriz energética y con ese producto estamos llevando adelante el proceso de industrialización más fabuloso que se ha llevado adelante en la Argentina”.
Un tiempo no tan lejano en clave cronológica, abismalmente distinto en terminos ideológicos.
La crisis de suministro de gas en pleno record de producción en manos extranjeras, con creciente exportación del hidrocarburo y búsqueda de consolidar mayores importaciones de Gas Natural Licuado a las mismas empresas que lo exportan de la Argentina, son un ejemplo nÃtido del colonialismo que atraviesa el paÃs, justo en vÃsperas de una nueva celebración de nuestra independencia.
9 de julio cargado de desafÃos
Ni el principio de todo, ni mucho menos el fin de toda dependencia. Sin embargo, desde el Congreso de Tucumán, se edificó un punto de inflexión en el calendario de nuestra historia. Los congresales llegados desde distintos rincones de nuestra Patria, proclamaron la independencia de las “Provincias Unidas en Sud América”. El 9 de julio de 1816 se alimentaba el sueño de una Patria Grande y libre de toda dominación extranjera.
“OÃd el ruido de rotas cadenas”, pregonaba aquella marcha patriótica nacida al calor de las batallas libradas por una generación de hombres y mujeres que regaron con su sangre el suelo de nuestra Patria Grande para alcanzar su definitiva independencia.
El próximo 9 de julio, cuando sean las 00 horas de la celebración de nuestra independencia, asesores de prensa, publicistas o empleados con acceso a las redes de los funcionarios públicos, habrán dejado programada o realizarán alguna publicación alusiva a la fecha. Y aún asÃ, ninguno de todos ellos, expondrá un camino concreto para romper con las cadenas de la actual dependencia.
Peronismo de contraste
“Somos una argentina colonial, queremos ser una Argentina libre” proclamaban en absoluta soledad los integrantes de FORJA, allá en su nacimiento por el año 1935. FaltarÃa una década para que los fundamentos de su agenda patriótica se transformaran en polÃtica de gobierno.
“Aspiramos a una liberación absoluta de todo colonialismo económico, que rescate al paÃs de la dependencia de las finanzas foráneas. Sin bases económicas no puede haber bienestar social: es necesario crear esas bases económicas. Para ello es menester ir ya estableciendo el mejor ciclo económico dentro de la nación, y a eso también tiende nuestro Plan. Debemos producir el doble y a eso multiplicarlo por cuatro, mediante una buena industrialización –es decir, enriqueciendo la producción por la industria-, distribuir equitativamente esa riqueza y aumentar el estándar de vida de nuestras poblaciones” preanunciaba asà Perón la Declaración de la Independencia Económica al presentar el Primer Plan Quinquenal en 1946.
El 9 de julio de 1947, Perón presentó la declaración de la Independencia Económica. “Son impulsos de un renacimiento surgido de la propia grandeza de la patria libre proyectada hacia un porvenir digno de su magnitud”, señalaba y se afirmaba en el acta que en ella se “refirman la voluntad de ser económicamente libres, como hace ciento treinta y un años proclamaron ser polÃticamente independientes.”
No por nostalgia se lo cita a Perón, mas bien por capricho de andar precisando certezas patrióticas para atravesar urgencias bien actuales. En definitiva, es imposible pensar en superar la crisis que atravesamos y la profundidad de las consecuencias que se avecinan, sin quebrar la matriz colonial que implica el modelo de factorÃa que cobró vigencia y encarnó en el sentido común del propio movimiento nacional.
Somos una Patria extremadamente rica, condenada a la pobreza por la ejecución de un programa pensado en el extranjero para satisfacer necesidades foráneas y del que el FMI es gendarme de su cumplimiento y el gobierno de Milei, apenas catalizador de sus inevitables consecuencias.
Y aun asÃ, somos una Nación que tiene su destino de grandeza inscripto en el horizonte de sus expectativas. El problema es que la riqueza de nuestro suelo y subsuelo, aquella que se produce con el trabajo de nuestros compatriotas, se queda atrapada en el engordado balance de un conglomerado de multinacionales. Hay que reconstruir un sentido común que ponga en crisis la ausencia de representación polÃtica del sentido de nuestra independencia.
“Seamos libres, que lo demás no importa nada” fue el grito del gran patriota a sus soldados y sigue siendo agenda de futuro para los patriotas de nuestra tierra. Cada dÃa que pasa, con más urgencia que el anterior, se hace necesario alzar la voz, construir fortaleza polÃtica y certeza colectiva en una agenda patriótica capaz de reorientar nuestro destino como pueblo.