Un sheriff, un asesinato y una vieja pasión entre hombres a lo jhon wayne en el medio del desierto ¿Se puede vivir a contramano del deseo? ¿Se puede tapar con la dureza de la vida del lejano oeste la ternura de un amor incapaz de confesar?

Extraña forma de vida es un corto. En momentos de series de plataforma de streaming, Almodóvar, a contramano de todo, saca un film de 30 minutos y la complementa con una entrevista increíble que es una verdadera clase de cómo contar historias y una incursión a su estudio sobre los westerns.

“Extraña forma de vida. Fue por voluntad de Dios que yo vivo en esta ansiedad, que todos los males son míos, que es mía toda nostalgia. Fue por voluntad de Dios. Qué extraña forma de vida tiene este mi corazón, vive de vida perdida, quién le daría el don. Qué extraña forma de vida”, canta Caetano Veloso en un portugués ambiguo, feminizado.

Mientras tanto, la música es vestida con un desierto hermoso y árido y la belleza de Silva (Pedro Pascal) que cabalga erótico por un pueblo perdido del oeste americano. Pese al western, todo nos dice que estamos ante una historia que sucede en el mundo almodovariano.

Nietzsche dijo que el origen de la tragedia surge cuando chocan dos fuerzas: la razón, la ley, el orden, lo estable y el caos por un lado. La embriaguez. la desmesura y el deseo por el otro. Razón y deseo representados en los dioses Apolo y Dioniso. El plano de las ideas y el del cuerpo, el de los conceptos y el de las pasiones, el de la lógica y el de la contradicción. En definitiva, el del deber y el del deseo. Haciendo una simplificación necesaria a los fines de esta nota, podríamos decir que estas fuerzas, estas formas de encarar el mundo son encarnadas por los dos protagonistas. Jake y Silva.

Jake (Ethan Hawke) es el sheriff, es la ley. No es un autoritario, ni un tirano. Es un hombre, maduro, responsable que lleva con peso y responsabilidad su lugar. No ostenta el arma, pero puede sacarla en cuestión de segundos porque es el mejor tirador. Vive en un rancho completamente ordenado y mantiene el orden sin problemas hasta que dos hechos terminaron sacándolo de la paz: el asesinato de una mujer y la visita de Silva.

Silva, un ranchero que conoce a Jake de otra vida, en la que ambos eran pistoleros de una banda de forajidos. Silva cruza todo el desierto para ver al sheriff que se contenta de verlo, pero se escenifica un conflicto múltiple. 

¿Se puede amar a otro hombre y ser el Sheriff?

(¡TODO ESTE APARTADO TIENE SPOILER!)

Esta es una de las aristas del embrollo en el que están estos dos hombres. Jake puede ser amante o sheriff, no puede ser ambos. De vuelta, el deseo o el deber. Para decirlo en criollo: se dispara con una pistola o con la otra. Jake sin embargo se permite embriagarse con el pasado y con Silva. El sexo homosexual no es explícito, es erotismo, hay planos completamente novedosos que mantienen la tensión homoerótica.

Silva es puro deseo, sentimiento y pasión. Sin embargo, no cruzó el desierto sólo para ver a Jake.  Silva tiene relación con el asesino de la mujer al que Jake persigue. La disyuntiva de Silva no es entre el deseo y el deber, es entre dos hombres: el amante y el hijo.

Cpmo en todo western, los conflictos tienen una sola resolución: los tiros. En un momento se deja de disparar con una pistola y se empieza a disparar con la otra. Los mismos hombres capaces de mantener un amor intacto 25 años, se asumen con la dureza e implacabilidad de un vaquero, desenfundan, apuntan y disparan. Los tiros que los unieron en el pasado como forajidos, los lastiman en el presente como amantes imposibles. 

¿Se puede vivir a contramano del deseo? (¡ACÁ SE TERMINAN LOS SPOILERS!)

Jake vive a contramano del deseo. Pero el deseo es un arma cargada. Pasaron 25 años y con la velocidad y la fuerza de una bala, Silva atraviesa el desierto para verlo. El deseo es como el agua, se acumula, se filtra, encuentra su cauce. Almodóvar, una vez más, nos lo vuelve a recordar, sólo que esta vez, es en una corta historia y bajo un desierto de cowboys.

El trailer se puede ver en este link