Movió Cristina y el tablero quedó congelado por unos instantes, como esas jugadas donde no se sabe cómo va a continuar el partido. El escenario fue el más peronista posible: La Matanza, el corazón de la tercera sección electoral, que guarda a varios intendentes que aún resisten la avanzada libertaria.

Hablaron también las ausencias, ya que estuvo acompañada solamente por el Padre Tano, integrante del frente de curas villeros y Facundo Tignanelli, diputado provincial del Frente de Todos. "Es fundamental que el pueblo y la sociedad se organice en torno a la Iglesia, el club y la cooperativa de la escuela. En lo individual no se va a salvar absolutamente nadie" aseguró Cristina y afirmó que "Dios va a terminar ayudando al pueblo argentino."

El miércoles, un día después de la recorrida, Wado de Pedro fue el primero en atreverse en las redes sociales a plantear la discusión. "Cristina es la líder del peronismo y ha dado acabadas muestras de su compromiso inquebrantable con los sueños y los anhelos de nuestro pueblo" aseguró.

"Conoce cada rincón de la Patria e interpreta las necesidades como nadie. Es momento de que una mujer, que militó toda su vida en el peronismo, presida por primera vez el Partido Justicialista" expresó De Pedro y luego otros dirigentes se sumaron a el "operativo clamor" digital.

Después del llamado a elecciones en el Partido Justicialista que había realizado su sede de la provincia de Buenos Aires y de la penosa salida de Alberto Fernández de su conducción nacional, se venía especulando sobre quiénes serían los candidatos.

Ricardo Quintela ya había dado señales de interesarse por la presidencia y varios espacios habían comenzado a trabajar en una posible campaña. El viernes había estado en Neuquén y su objetivo era comenzar a recorrer las provincias, un gesto político interesante, saliendo de las discusiones porteñas que a veces solo se dedican a pensar unitariamente al peronismo. Luego de la aparición de Cristina en La Matanza y la marcha universitaria, afirmó que piensa continuar en carrera: "Es importante presentar dos proyectos para el país."

El peronismo se encontraba sumido en un chucherío bastante complejo, donde la discusión por un futuro electoral tenía a sus actores más preocupados por una elección para la que faltan tres años (porque ni siquiera era de cara a las legislativas), y que parecía darle la espalda a la coyuntura actual y la desesperación que viven los ciudadanos.

Cristina salió a caminar y el eje cambió, no porque no se discutan candidaturas sino porque su imagen, aún para un pedazo de la población, es fuerte, hasta pesada -para bien y para mal-. Si efectivamente ambos van por la presidencia del partido y esto garantiza terminar con el cacareo dirigencial, el peronismo podría tener una buena oportunidad en las legislativas de 2025.

Si Karina (Milei) y (Santiago) Caputo siguen cerrándole el círculo a Milei y la profecía de cerrar filas con Cambiemos no se cumple, sumado a la situación social y económica, tanto oficialismo como oposición mimosa, van a estar en un problema. Nos atrevemos a decir que Cristina ve este escenario y Kicillof también. De ahí que se paran por encima del conflicto y seguramente el justicialismo el año que viene, no tenga PASO.

La figura de Cristina siempre generó orden hacia adentro del peronismo y también caudal de votos: ninguno tiene la cantidad de votos que ella engloba, independientemente de que ese caudal, con los años, haya ido variando. Así como en el 2017 ordenó al peronismo – aunque yendo por afuera del PJ – se cumplió el código “el que gana conduce y el que pierde acompaña”. Tanto Massa como el gran armado de Randazzo se sumó en 2019 a Cristina, para confluir en el Frente de Todos.

Si esta acción ordena la tropa, tal vez el peronismo pueda volver a encauzarse en un proyecto conjunto, para hacerle frente a Milei.