Infobae y la celebración del terrorismo
21 de septiembre de 2024
Al menos 37 personas asesinadas, entre ellas una niña. 3000 personas heridas, muchas de ellas mutiladas. Todos en el LÃbano, por una acción terrorista del Estado de Israel, celebrada y justificada por los medios Occidentales y, en Argentina, por el portal de divulgación de operaciones de Israel y Estados Unidos por el mundo, Infobae.
Infobae es presentado en Occidente como un medio de comunicación nativo digital, el más vistado de habla hispana a este pequeño costado del planeta. Su propietario visible, Daniel Hadad, se autoreferencia como periodista, obtiene la convalidación en ese sentido de empresas asociadas dependientes, o bien de organismos creados como herramientas para el despliegue hegemónico de Estados Unidos.
Pero Infobae tiene mucho más que ver con una pantalla mediática de operaciones de inteligencia y contrainteligencia de Estados Unidos e Israel en el mundo, que con un sitio periodistico, por muy honesta labor que generen los trabajadores de prensa que viven de los salarios que allí se pagan.
El ataque terrorista que el Estado de Israel desplegara en el Líbano ésta semana que corre, exhibe a las claras que, mas allá de la evidente línea editorial del sitio, lo que traduce Infobae en una veintena de notas, es la publicidad, exhibición de fortaleza y cobertura exclusiva de un ataque terrorista promovido por el Estado de Israel y Benjamín Netanyahu en su desesperada necesidad de escalar el conflicto con Irán, hacia una guerra abierta y frontal.
La explosión de dispositivos electrónicos del tipo “beeper” o los radios de comunicación cuyo uso era atribuído a Hezbollah, no tiene otro rastro de autoría que la de una operación de inteligencia del Estado de Israel. Y por su naturaleza, por su alcance a ciudadanos en el Líbano, no puede ser reputado de otro modo que como un ataque terrorista.
¿Cómo hubiera sido presentado el accionar si activos del Mossad o activos de la CIA en cualquier rincón del planeta, sufrieran ataques aleatorios que importaran la explosión de sus dispositivos de comunicación? Apenas en el afiebrado sentido común que promueven los medios Occidentales, podría caber la doble vara de asumir que es terrorista un acto que golpea sobre Estados Unidos o Israel y deja de ser terrorista al momento en que golpea a una Nación por fuera del oscurantismo Occidental.
El ataque terrorista, además, contó con la cobertura exclusiva de algunos medios localizados en el radar del despliegue geopolítico de los intereses israelíes.
El equipo del New York Times formado por Patrick Kingsley, Euan Ward, Ronen Bergman y Michael Levenson cubrió el ataque, y tuvieron -al menos- el decoro de señalar a Israel como responsable, aunque repitieron la falsa retórica israelí del “ataque selectivo”. En el Times señalaron: “Según funcionarios estadounidenses y de otros países informados sobre el ataque, Israel ocultó material explosivo en un envío de buscapersonas de fabricación taiwanesa importados al Líbano. El material explosivo, de apenas una o dos onzas, se insertó junto a la batería de cada buscapersonas, dijeron dos de los funcionarios. Los buscapersonas, que Hezbollah había encargado a la empresa Gold Apollo de Taiwán, habían sido manipulados antes de llegar al Líbano, según algunos de los funcionarios. Según un funcionario, Israel calculó que el riesgo de dañar a personas no afiliadas a Hezbolá era bajo, dado el tamaño del explosivo”.
El Times también escribió que “las explosiones parecían ser la última salva en un conflicto entre Israel y Hezbollah que se intensificó después de que Hamas atacara a Israel el 7 de octubre” lo que pretende hacer pasar el hecho como una actividad militar, cuando se trató un flagrante ataque impreciso y mortal contra la población civil del Líbano mientras desarrollaba sus actividades cotidianas.
Infobae cumplió un rol similar. Una veintena de notas elogian el uso de la tecnología en operaciones terroristas, exhiben la capacidad de infiltración de Israel en el Líbano, y responsabilizan a Hezbollah y a Irán de ser la causa de todos los males que llevaron a Israel a tener que defenderse con un ataque terrorista.
Marwan Bishara, analista político de Al Jazeera, nos ofrece una visión realista y se pregunta: “Para nuestros espectadores de todo el mundo, probablemente sea útil hacer un poco de ‘juego de roles’ aquí. Imaginen si a 1.200 personas, activas en el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA, les explotaran buscapersonas en la cara, los brazos y el abdomen. ¿Cómo creen que se sentiría Estados Unidos al respecto?”
“El gobierno israelí no manipuló los dispositivos de Hezbollah que explotaron, afirman funcionarios de defensa e inteligencia. Los fabricó como parte de una elaborada estratagema” señala Infobae en una de las notas que publican en su sitio. En notas compartidas de agencias internacionales, al mismo tiempo en que elogian el ataque Israelí, describen situaciones de terror social vividas en el Líbano, como parte del éxito de una operación militar.
“Una mujer, Um Ibrahim, detuvo a un reportero en medio de la confusión y le suplicó poder utilizar un teléfono móvil para llamar a sus hijos. Con las manos temblorosas, marcó un número y luego gritó una directiva: «¡Apagad los teléfonos ya!»” señalan en una de las notas compartidas.
Lo que se presenta como una acción militar, es un ataque terrorista. Lo que se presenta como una maniobra aún no reconocida por Israel, es apenas un capítulo más de una larga tradición del Estado de Israel que se la conoce como “Doctrina Dahiya”.
“El ataque en curso, que sólo puede describirse como terrorista por su naturaleza, no tiene precedentes en su alcance y método, pero la naturaleza de su ataque indiscriminado está lejos de ser única en Israel. De hecho, la doctrina israelí de infligir daños masivos a civiles recibe el nombre de la zona de Beirut, Dahiya, donde se centró este mismo ataque. El acontecimiento más reciente marca un avance impactante en el desprecio generalizado de Israel por la vida humana, pero no es nuevo, aunque nadie lo sepa leyendo la prensa occidental” señala Jonathan Ofir, para el sitio español El Salto.
El nombre de la Doctrina Dahiya proviene del barrio Dahiya de Beirut que Israel atacó y arrasó durante la guerra de 2006. Era un barrio donde vivían muchas familias afiliadas a Hezbolá. En 2008, el entonces jefe militar del Comando Norte, Gadi Eisenkot (más tarde jefe de Estado Mayor y ministro centrista), acuñó la doctrina y describió “lo que sucederá” con cualquier enemigo que se atreva a atacar a Israel:
“Lo que ocurrió en el barrio de Dahiya en Beirut en 2006 ocurrirá en cada pueblo desde el que Israel sea atacado… Aplicaremos una fuerza desproporcionada en [el pueblo] y causaremos allí grandes daños y destrucción. Desde nuestro punto de vista, estos no son pueblos civiles, son bases militares”.
Israel ya aplicó este método en su ataque a Gaza en 2008-2009. El Informe Goldstone de la ONU de 2009 concluyó que Israel había llevado a cabo un “ataque deliberadamente desproporcionado, diseñado para castigar, humillar y aterrorizar a una población civil”, y señaló que la Doctrina Dahiya “parece haber sido precisamente lo que se puso en práctica”.
La naturaleza del ataque de Israel, de su doctrina y el genocidio que lleva en marcha, no es reflejada por las propaladoras mediáticas de sus acciones. La cobertura de Infobae, la romantización del terrorirismo de Estado contra todo aquél que se opone al despliegue geopolítico de los actores hegemónicos de Occidente, también nos exhibe su naturaleza, y nos narra los límites que están dispuestos a forzar para concretar intereses foráneos a las necesidades nacionales.