El poder presiona por más disciplinamiento social
05 de julio de 2025
Terminó el primer semestre del año con un consumo que no repunta por insuficiencias de ingresos salariales y de jubilaciones, deterioro en las condiciones de vida, el crecimiento del desempleo, del subempleo y, más allá de lo que dicen los indicadores, de caÃda de la pobreza. A los de abajo intenta disciplinarlos con represión, decretos, y legislación contra derechos; con una polÃtica de ajuste fiscal permanente.
Terminó el primer semestre del 2025 con señales preocupantes de la economÃa, pese a los datos estadÃsticos que ofrece el gobierno respecto de la disminución de la pobreza, de la baja de la inflación, de la mejora de los ingresos salariales regularizados, porque claro, todo eso es discutible por las metodologÃas que se utilizan para esas mediciones.
La realidad es que la protesta social muestra el descontento de una parte de la población, que se ratifica en las elecciones provinciales que se vienen desarrollando con altÃsimos niveles de abstención. El ausentismo crece pese a la continuidad de la obligatoriedad en el voto.
En realidad, no solo está la crÃtica por abajo, sino que aparecen señales crÃticas desde el poder económico, quienes no ven los resultados esperados en términos de rentabilidad acrecida.
Ha sorprendido en estas horas la opinión desde el Poder Económico Mundial, ofrecida por J.P. Morgan, banca de inversión que informa y recomienda a sus inversores que desarmen las posiciones en pesos, logradas vÃa “carry trade”, para refugiarse en activos dolarizados.
Remite en su informe a los problemas argentinos al ingreso de divisas, validados por un balance externo deficitario en intercambio comercial, motivado en la polÃtica oficial que promueve las importaciones.
El alejamiento de los saldos positivos en el comercio internacional incrementa el endeudamiento, asentado en el papel del préstamo del FMI.
Se suma al déficit de divisas, una importante demanda de dólares por turismo de los sectores medios altos y altos.
Todo eso, contenido en el informe de J.P. Morgan, agrega incertidumbre económica y polÃtica a la realidad de la Argentina.
En ese sentido, una señal preocupante son las elecciones provinciales, este fin de semana que pasó, las de Formosa y de Santa Fe, las que dan cuenta, vÃa ausentismo, de un clima de descontento en la sociedad.
Lo curioso, es que el gobierno puede sumar votos y legisladores en octubre próximo, con un balance electoral favorable, ya que a los efectos institucionales solo cuentan los votos positivos.
Ausencia de inversiones y “confianza”
El tema de fondo en el capitalismo local es la insuficiencia de inversiones externas, clave para el repunte de la acumulación capitalista.
Los inversores internacionales, demandan “capacidad de disciplinamiento polÃtico de la sociedad”. No alcanza con el brutal ajuste transcurrido, ni las reformas estructurales logradas. En la búsqueda de la confianza, el poder presiona para asegurar objetivos de rentabilidad y acumulación.
Para atraer capitales e inversores se demanda capacidad de disciplinar, por abajo y por arriba, por lo que desde el poder local y mundial se esperan resultados polÃticos en la elección de medio término en octubre próximo y en las de renovación presidencial del 2027.
Se buscan elementos fehacientes de disciplinamiento de la sociedad. No solo disciplinamiento de los de abajo, sino también disciplinamiento de los de arriba, y las señales que vienen desde el poder exigen mayores reaseguros en la capacidad de explotación.
El gobierno no tiene todos los instrumentos a su antojo. No pudo imponer la eliminación del feriado para los estatales, intervención judicial mediante, ni las restricciones al derecho a huelga.
Los gobernadores, por su parte, se unen en el reclamo por recursos fiscales, aun cuando indujeron a sus legisladores de provincia a que voten la legislación reaccionaria para reestructurar el capitalismo local.
Ahora se suma el reclamo de los grandes productores y exportadores, por el retorno de las retenciones, que afectan la tasa de ganancia.
Sea J.P. Morgan, o los grandes productores o exportadores; los gobernadores o los distintos poderes institucionales en la Argentina, el gobierno tiene restricciones polÃticas para el objetivo de disciplinar a la sociedad.
A los de abajo intenta disciplinarlos con represión, decretos, y legislación contra derechos; con una polÃtica de ajuste fiscal permanente, que tiene impacto en el tema central de la preocupación argentina, que es la baja del consumo popular.
Un consumo que no repunta por insuficiencias de ingresos salariales y de jubilaciones.
La realidad es el deterioro en las condiciones de vida, el crecimiento del desempleo, del subempleo, más allá de lo que dicen los indicadores de caÃda de la pobreza, de mejora de los salarios regulares.
Son señales preocupantes en el plano económico y una presión muy fuerte por parte del gobierno por afirmar el ajuste fiscal, generarse condiciones polÃticas para avanzar en la reestructuración regresiva de la economÃa argentina.
El objetivo es crecer en poder institucional
El imaginario oficial apunta luego de las elecciones de medio término en octubre consolidar poder institucional para avanzar con la reforma laboral, previsional y tributaria para generarse condiciones que ratifiquen el consenso electoral y polÃtico en el 2027.
Más allá de los resultados electorales, los procesos de ausentismo en las elecciones provinciales y el que probablemente se consolide en la elección de medio término, muestra que hay problemas polÃticos en la Argentina y un desafÃo para construir alternativa polÃtica, sin perjuicio de las oposiciones realmente existentes en la Argentina de nuestros dÃas.
La polÃtica no solo se define en las urnas, sino y principalmente en la disputa del sentido común de la mayorÃa de la sociedad.