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El 24 marchamos con Jorge


22 de marzo de 2025

La convocatoria era a las 15 hs en Luro y San Luis, pero nosotros arrancamos antes. El colectivo “Mar Del Plata te canta los 40” (espacio donde confluyen diferentes sectores de la cultura, la educación y los derechos humanos) habían organizado una pegatina a los alrededores del punto de encuentro marcado por las madres y abuelas de plaza de mayo para la movilización.

Agustin Vangelista

Con las manos llenas de engrudo fuimos a dar una mano con mi compañera Antonella para llevar los carteles con los rostros de los compañeros/as detenidos y desaparecidos. El contexto acompañaba a una jornada que iba a ser histórica. Sobre la calle San Luis antes de cruzar Luro, con los cumpas comenzamos a colocar dichos carteles en el piso uno al lado del otro. Era imposible no ver las caras de los compañeros y que la cabeza se te vaya a otro lugar. La valentía tiene que ser un sinónimo de juventud, ellos nunca entendieron de excusas u obsecuencias para cambiar la realidad. Dimos unas vueltas por el monumento San Martin y la plaza, en frente de la catedral estaba la radio abierta de madres con algún show de folklore en vivo y los pañuelos colgados bajo la consigna “no tenemos miedo”.

Desde temprano organizaciones políticas, sociales y sindicales comenzaron con estandartes, percusión y banderas a ponerle color a este 24 de marzo. Pasamos nuevamente por el punto de encuentro y desde una furgoneta con parlantes un compañero exclama: “Le pedimos a todos los compañeros y compañeras que levanten los carteles de los desaparecidos para iniciar con la movilización” y ahí me cruce con Jorge.

No nos conocíamos, pero nos vimos, de cuerpo entero, pulóver bordo y campera (por más calor que hiciera no importaba la vestimenta, sino estar en la calle). Sus dedos en V al instante me hicieron saber que tenemos algo muy importante en común.

Todo listo para el inicio de la movilización y la Av. Pedro Luro explotaba, hay ganas de encontrarse, este gobierno pone en duda la identidad argentina y reivindica a los genocidas del último golpe cívico-militar, si no se sale ahora, ¿cuándo? Tendría que ser la pregunta para quien todavía no entiende lo que como pueblo nos estamos jugando. Nos encontramos con amigos de todas las edades mientas compartíamos con mi compañera y Jorge. 

Nos encontramos con Nico y Mar, una pareja de compañeros. Vinieron con Norma, una señora con porte de madre y voz de tía que vino en parte del trayecto con nosotros. Mientras caminábamos siguiendo el canto “como a los nazis les va a pasar…”  el sol dominguero iluminaba el rostro de Jorge. Me daba placer verlo al compañero así, era la mirada de un hombre que con solo verlo ya sabias que podía derrotar al tiempo. Con nosotros venia una pareja joven amiga que es la de Nico y Melani. Ambos peronistas que tienen tradición política familiar y entienden como un compromiso el estar presentes en estas fechas.

Al marchar con organismos de derechos humanos y no seguir algún tipo de orgánica mientras se pateaba por el asfalto, se tocaron muchas problemáticas actuales. Mientras Mar hablaba de los despidos en judiciales, Anto comentaba la importancia de que seamos tantos en una ciudad de concepción gorila. Nico hablaba de la necesidad de militar y Melani esbozaba sus ansias de comenzar a formarse en los espacios sindicales, es necesario que la rama femenina tome mayor musculatura en el mundo trabajador. Con Norma era inevitable no hablar de la época, ella lo había vivido en la localidad de Alberti de donde es oriunda, decía: “Yo lo viví, este día trasciende las ideologías, fue un momento terrible de nuestra historia, como pueblo no podemos volver a pasar una cosa así”. 

Ya la marcha iba al compás de nuestro ritmo. Pasamos por la playa Cabo Corrientes y doblando por Colon, el sol no nos abandonaba, sé que eran esos compañeros que desde arriba nos iluminaban para que no aflojemos. Jorge escuchaba atentamente todas las conversaciones a su alrededor, pero no opinaba, digamos que una persona con una mirada puede decir mucho. Ante cada problemática, esa mirada nos invitaba al hacer algo, como si comentara “¿Van a hacer algo, o se van a seguir quejando?” Entre el decir y el hacer hay una brecha muy larga, pero nos reconfortaba saber que estando ahí, ya estábamos haciendo.

Sobre la Avenida Colon la gente de los balcones acompañaba con las palmas, con Anto pasamos por un momento de profunda emoción. Siendo trabajadores del Ministerio de Salud, no sabemos qué pasara con nuestros trabajos, la motosierra está afilada y claramente no perdona a nadie. La marcha nos dio esperanza sin duda, pero antes que se piante el lagrimón Jorge la miro y nos sacamos una foto para recordar ese momento, para que perdure en el tiempo. Con nosotros también salió Hernán, otro compañero que ya habrá tiempo para contar su historia. 

Al llegar al monumento y escuchar el acto que finalizaba la jornada, nos despedidos de la banda y acompañé a Jorge nuevamente al punto de encuentro donde nos vimos por primera vez, nos dimos la mano y sin decirnos nada nos despedimos, pero con la ilusión de vernos otra vez hasta que todo sea como lo soñamos.

Jorge Audelino Clavero Ordoñez: Militante de la UES. Obrero/Pintor. Secuestrado el 20/9/76. Desaparecido

Agustin Vangelista

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