Dos fantasmas recorren las elecciones provinciales: el voto en blanco y la abstención
08 de julio de 2023
La crisis de representación polÃtica se refleja en el voto. La dinámica electoral revive el fantasma de la apatÃa. Voto en blanco y abstención electoral como marca distintiva de un pueblo que no encuentra respuestas en el horizonte de las propuestas electorales.
Algunos resultados
El voto en blanco creció en nueve de las doce provincias que fueron a las urnas en las últimas semanas. En Tierra del Fuego, el voto blanco quedó en segundo lugar con el 21,1% del total de los sufragios emitidos. Cuatro años antes, en 2019, habÃa sido de 7,1 el porcentaje de votos en blanco.
En Córdoba, quedó en tercer lugar, detrás de la reñida disputa entre Llaryora y Juez con 4,9% y más del 30% de los electores no fue a votar.
En Jujuy el voto en blanco casi que se duplicó teniendo en cuenta las elecciones para gobernador de 2019. En ese momento, el 4,9% de los votos emitidos fueron en blanco; cuatro años más tarde, el porcentaje se elevó al 8,1 por ciento. En Rio Negro el voto en blanco subió un 600% con respecto al 2019.
En Chaco, las últimas elecciones tuvieron un 41% de abstención. Hay analistas que encuentran la razón en que la provincia aún se encuentra conmovida y movilizada por el femicidio de Cecilia. Este crimen tiene a los Sena como los principales acusados y estos forman parte de una de las colaterales del oficialismo provincial. Por otro lado, el gobernador, Jorge Capitanich planteó que la baja participación se debe a que fueron elecciones primarias y considera que en las definitivas se volverá al nivel de participación habitual.
En búsqueda del sentido
El voto en blanco y la abstención se definen justamente por su vacÃo, por su ausencia de significación. Aún no hay encuestas que midan las razones de porque la gente no va a votar o va a votar en blanco. En este vacÃo, cada analista encuentra una explicación que cruzada con los resultados de la economÃa puede parecer más o menos sensata.
Carlos Germano consideró que “hay un grado de fatiga, de bronca, de desazón, de no poder prever un futuro. Entonces, la abstención puede crecer y se puede dar un escenario similar a nivel nacional”. Por otro lado, Pablo Romá analizó que “hay un desastre en la sociedad muy grande, porque la polÃtica no viene resolviendo las demandas, y en ese sentido, hay un rechazo”.
Carlos Pagni, hace pocas semanas tituló su editorial en La Odisea Argentina: “La Bronca, el gran candidato”. En la trascripción que se puede leer en La Nación, Pagni planteó que “hay una ruptura entre los representantes y los representados que se manifiesta en esa abstención llamativa. Lo podemos ver desde el lado del polÃtico. Para los polÃticos, la abstención genera una enorme perturbación, genera miedo, porque no es el rechazo a una opción”.
“No es como si dejara de tomar la gaseosa A y me paso a la gaseosa B. No, es la noticia de que la gente empezó a dejar de tomar gaseosas, lo cual es un drama para toda esa industria. Es un rechazo en general a la actividad de los polÃticos que está reconfigurando la escena”, agregó.
Por otro lado, Gustavo Noriega, en la Revista Seúl aporta otra perspectiva para la abstención: “Se calcula que el nivel de pobreza que anunciará el Indec en septiembre, antes de las elecciones, estará alrededor del 43%. Esto implica que casi la mitad de la población tiene dificultades para llevar comida a su mesa todos los dÃas, muchos de ellos habiendo vivido varias generaciones en ese estado. Al menos algunas personas de esa masa creciente no vota porque no está interesada en la polÃtica, el bien común o las instituciones: simplemente vive al costado del funcionamiento institucional de nuestro paÃs”.
“Que su indiferencia o ignorancia del acto eleccionario sea leÃdo como una acción que quiere expresar decepción o bronca es una falta de respeto a la suerte que le tocó. Es querer imbuir a los derrotados del sistema de una politicidad que los hace pasibles de nuestros juegos intelectuales”, agregó.
Las elecciones legislativas del 2021: un espejo dónde mirarse
Las elecciones legislativas del 2021 fueron las que menos participación tuvieron desde la vuelta de la democracia, 71% del padrón emitió su voto, es decir, casi 1 de cada 3 argentinos no fue a votar. En su mayorÃa eran votos del Gobierno que se habÃa pronunciado por el Frente de Todos en el 2019 y decidieron quedarse en casa en el 2021. Esta cifra es totalmente contundente: Entre el 2019 y el 2021, el oficialismo perdió 4.8 millones de votos. De hecho la victoria de Juntos por el Cambio, se explicó por perder menos votos que el Frente de Todos y no tanto por sumar votantes nuevos.
¿Las personas que no van a votar o votan en blanco en estas elecciones, tienen razones similares a las del 2021? ¿Las dificultades económicas y sociales de los gobiernos del macrismo y el peronismo son las causantes de estos comportamientos?
Habrá que esperar a los resultados de las elecciones generales en octubre, pero el dato del ausentismo y el voto en blanco de las provincias, combinado con la experiencia del 2021, marca una alerta importante de qué percepción tiene el pueblo argentino sobre sus representantes.