Asà la vemos: autocrÃtica plutócrata
10 de mayo de 2025
Columna de opinión de Alberto Gómez desde los adultos mayores.
Una autocracia está definida como “forma de gobierno en la que el poder polÃtico está concentrado en una única persona, cuyos actos y decisiones son incuestionables y no están sujetos a ninguna forma de restricción legal o control popular.”
En cambio, la plutocracia se define como: “Situación en la que los ricos ejercen su preponderancia en el gobierno del Estado.”
Las definiciones de ambas palabras sintetizan, sin dudas, al gobierno que nos desgobierna, una asociación ilÃcita que votamos tres veces, nos entregó al imperio del norte y hambrea.
Nos reconocemos los argentinos quejosos, que no nos contenta nada, que somos tristes y nos valorizamos superando la realidad, discutidores, cabrones a veces. En parte, podrÃa ser cierto.
Lo único que no debemos admitir ni tolerar, que nos quieran endosar el “enano fascista” a nuestra idiosincrasia. Debemos discutirlo vehemente y hasta pelearnos para borrar la imagen.
Es una calificación producto del odio, del desamor, de los odiadores. Los mismos que atacan todo lo que perciban distinto o contestan sus ataques, o creen que ponemos en riesgo sus rentas, propiedades, y hasta lo que se atribuyen ser dueños, sin serlo ni merecerlo.
Como a la verdad, vilipendiada por la prensa hegemónica, parte del periodismo y sus informadores oficiales que conforman un pseudo cuarto poder. Una verdad que falsean, y aplican como arma para atacar y hasta eliminar a los que piensan y ven como populares.
O la Justicia, que conforma otro poder paralelo que solo aplica su arrogante polÃtica, para honrar a los odiadores proponiendo hacernos cargo de su propio fascismo. Son el ariete, aliado con la prensa hegemónica, de la oligarquÃa que históricamente se vienen apoderando del paÃs.
Por lo dicho, nunca olvidemos: el amor contribuye al apego, que no es otra cosa que la vinculación afectiva con la comunidad. Es la solidaridad y el inmortal “Nadie se salva solo”.
En cambio, el odio fomenta el desapego, que es la individualidad, lo que incita a desconocer hasta el pasado familiar, las raÃces u orÃgenes, y peor aún, hasta despreciar la propia Patria.
Esto, es el fascismo, y lo que provoca entre sus fanáticos.
No creamos que el energúmeno que nos dirige, es el creador de esta convergencia que nos desgobierna. No tiene la inteligencia para simular ese modelo.
Lo crearon, formaron y los mercaderes del odio, lo usan como pelele entrenado, para satisfacer sus negocios, y en conjunción con el decadente imperio, entregar la soberanÃa republicana.
¿Cómo llegamos al actual estado fascista?
En nuestro paÃs, a partir de mediados de los años 50, el bombardeo a la Plaza de Mayo marca el cambio de los militares del odio a una cruel violencia, atacando polÃticamente a un sector, generando el anti-peronismo, denigrando sus sÃmbolos, hasta el paroxismo de decretar la prohibición de nombrar a su lÃder.
Desde esa trágica fecha y hasta el recupero de la democracia, el odio violento lo ejercieron básicamente las Fuerzas Armadas junto a las de seguridad o grupos más aristocráticos (cÃvicos). Fue violencia institucional, la ejerció el Estado contra todos los sectores de la población.
En esos 50 años de vida nacional no conocimos al fascismo como tal, solamente se denigraba, por ciertos cÃrculos sociales, a los llamados “cabecitas negras”. Eran migrantes internos que llegaban a los centros urbanos en búsqueda de mejorar su vida, trabajar para alcanzar el ascenso social y la de su familia.
La utilización del odio para agredir algunos grupos de población como práctica fascista, comenzó a visualizarse a final de los 90 con el asesinato del periodista José Luis Cabezas en 1997.
A Cabezas lo asesinaron por una fotografÃa que descorrió el velo mafioso de un poderoso empresario postal, quien habrÃa dicho "Sacarme una foto a mà es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mÃa". Fascismo a pleno y suicidio mafioso.
Durante la pandemia, vimos ridÃculas acciones de la derecha vernácula, presentándose como “antivacunas”, “terraplanistas”, contrariando polÃticas de Salud al protestar en las calles por el "encierro”. Fueron presentados livianamente por el periodismo concentrado como ciudadanos preocupados por la salud mental de otros ciudadanos.
A partir de allÃ, vimos y sufrimos reacciones más virulentas. Marchas con guillotinas, bolsas mortuorias colgadas de las rejas de Casa Rosada, virulenta oposición a las polÃticas de género, campañas denunciando docentes que permitÃan discutir en clases temas opuestos a los “ideales” de los personeros del odio internacional.
Otra escala del fascismo violento fue la supuesta lucha contra los pueblos originarios. Desencadenó la desaparición y posterior muerte de Santiago Maldonado por GendarmerÃa Nacional, o el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel, por Prefectura.
En ambos crÃmenes, la dirección fue del Ministerio de Seguridad, cuya ministra era aquella apátrida que propuso cambiar las Malvinas por una remesa de vacunas Pfizer.
El mismo Ministerio y su repugnante ministra, hoy actúan como disciplinadores sociales frente a los reclamos. En pleno geronticidio, con un cruel ajuste, no solo de derechos ganados sino con la pauperización de los ingresos, provocando la “caÃda” de más del 70% de los adultos mayores en la pobreza.
Ante los reclamos somos apaleados, gaseados, detenidos por fuerzas facciosas, a las órdenes de ese personaje hipócrita, enferma de odio, quien hace un cuarto de siglo redujo los haberes, literal, de los mismos jubilados que apalea hoy, además de los empleados estatales.
No solo la cruel Seguridad protege el proyecto de miseria planificada que nos trajo el irracional; también la plutocracia dominante, dueña del poder, quien marca las polÃticas en este detestable perÃodo de nuestra vida polÃtica.
Liberan los precios de la economÃa los plutócratas, el autócrata pone techo a las paritarias de los trabajadores asalariados, marcando una clara persecución sobre uno de los sectores que genera la mayor relación de la riqueza, que sufre declinante distribución desde hace años. Encima, el disociado, en uno de sus traumáticos ataques, dijo hace unos dÃas en un foro, “Uds. (los trabajadores) les venden trabajo a su Empleador, se terminó la teorÃa de la explotación, salvo que los trabajadores estén explotando a los Empresarios”.
Absolutamente inmersos en esta autocracia plutócrata, comienzan a surgir noticias que preocupan y que deberÃan ser motivo de discusión seria entre la oposición nacional y popular.
Dentro del terrible ajuste financiero que se hace sobre jubilados, asalariados y provincias, el mismo disociado, emitió un DNU donde le asigna al monotributista Santiago Caputo, $25.250 millones adicionales y $8.000 millones destinados a Gastos Reservados.
No desconocemos que este personaje, maneja la SIDE, deriva cuantiosos fondos tanto a los trolls como a los periodistas que cubren al gobierno de las estafas y negociados.
Sumado a los fondos, la opacidad y descontrol de los sótanos de la democracia, comienzan a generar ciertos grupos de choque financiados por el propio Estado para que actúen como el “brazo armado de Milei”. Vimos últimamente, la sucesión de hechos muy dolorosos y preocupantes como el ataque que sufrió el periodista Roberto Navarro o las amenazas que sufren muchos periodistas, incluso aquellos que lo apoyan.
Mucho dinero oscuro, aplicados a financiar operaciones de persecución, intimidación y glorificación de esas maniobras, e incluso de sus promotores.
Por su parte, el autócrata, se ha rodeado de una Asociación IlÃcita que lo secunda para hacer de sus bolsillos una constante recaudación, ya sea por negocios de los cuales nunca se conocen ni participantes ni origen. También la corrupción está invadiendo como metástasis el cuerpo de la burocracia que integran todos los ilÃcitos. Ahora quedan en claro las compras de votos para aprobar “sus” Leyes, a muchos “héroes”.
Todo tiene un eje que direcciona el odio. En una nota periodÃstica leemos “a 48hs del trágico golpe de Estado de 1976, se recibe el primer préstamo del FMI, y a partir de allà comenzamos a hablar de industricidio, deudicidio, destrucción de toda la legislación laboral, revisión de polÃticas tributarias, abandono del sistema previsional”.
La matriz está clara, dice el Juez de Casación Federal Alejandro Slokar en esa nota: "Se están restaurando condiciones pre-democráticas. Se intentó crear un nuevo orden social”. “Aparece vinculado a este tiempo el modelo de acumulación, exportación y extranjerización, contra la sustitución de importaciones. De un lado o del otro, el exterminio o la democracia”, agrega.
Conclusiones:
Cerramos con la mejor sÃntesis y descripción, de lo que tratamos de explicar sobre el gobierno.
"El gobierno que no sea capaz de hacer justicia social, no es gobierno, sino un mecanismo destinado a favorecer siempre a los siempre favorecidos y elegidos también por los siempre favorecidos", Juan Domingo Perón.