2024, pasá nomás que esto recién empieza
30 de diciembre de 2023
No pretende ser una editorial, ni la despedida de nada ni la bienvenida de menos. Apenas unas ideas sueltas para ocupar este sábado de fin de diciembre. Se va el 2023 con un experimiento fatÃdico y se abre un 2024 en el que apenas tendremos tiempo de un respiro. Desde InfoNativa querÃamos agradecerle a cada uno y cada una de los que hacen de nuestras ediciones un motivo para acercarnos. También contarles que durante enero vamos a estar cada sábado con ediciones cortas para transcurrir el tiempo, hasta un febrero en el que volvamos con todo. Recordemos en este cierre de año que nada grande se puede hacer con tristeza.
Ni las tragedias se entierran un 31 de diciembre, ni los destinos comienzan a forjarse un primero de enero. La historia, nuestra historia, no anda embretada en los caprichos del calendario que abrazamos desde éste tercio del mundo.
Aún asÃ, la cultura del compartir lo poco que nos queda, de amuchar lo que hay en cada rincón de la heladera para completar una mesa, de brindar con lo que se tenga para imponer alegrÃa, forja la tradición de un pueblo convencido que nada grande se puede hacer con tristeza, como nos enseñaba don Arturo Jauretche.
El 2023 se despide inaugurando un experimento polÃtico, económico, social y cultural que transforma en distópica la sola idea de proyectar cómo habremos de promediar el futuro 2024.
Un nuevo estatuto legal del coloniaje se entrevera entre un DNU que entra en vigencia el último dÃa hábil del año y afila el colmillo de multinacionales y multimillonarios que se organizan para cagarle la vida al prójimo; y un proyecto de ley ómnibus que evidencia lo improvisado del experimiento, la subnormalidad que atraviesa su estructura de este suelo.
El 2024 no va a dar ni un bache de tiempo para el respiro. Nos exige amucharnos para defendernos de esta brutal agresión que se impone sobre bolsillos, vivienda, panza, tripas y convicciones de todos aquellos que forjamos nuestro destino con el sacrificio de nuestro trabajo.
Unidad para frenar la ofensiva de los grupos económicos y su marioneta Javier Milei, para desmantelar la organización nacional, poner nuestra riqueza a disposición del extranjero y condenar a nuestro pueblo a un destino de miseria planificada que amenaza con profundizar el enorme dolor social que ya era insoportable.
El 2024 nos exige poner el oÃdo en los que no van a poder poner un plato de comida arriba de la mesa, en los que reciban la noticia de que pierden el laburo, en los que no van a llegar con la poca guita que se ganan con un trabajo que cada dÃa les exige más, en aquellos que no pueden pagar un alquiler.
Hay que encontrar el sentido de lo que somos para organizar con fortaleza un presente que exige la defensa de lo colectivo. Hay que forjar caminos comunes para diseñar nuestro futuro, sin esperar nada que no surja de los zapatos clavada en la tierra donde resistimos.
El 2024 será tiempo de aguantar soñando. De transformar en agenda el conjunto de nuestros anhelos y esperanzas.
El futuro nos exige repensar los lÃmites de lo construÃdo, lo raquÃtico del sistema al que nos aferramos y las debilidades con las que podemos defendernos. Pero no para atravesar el tiempo entre lamentos, sino para convencernos de que la salida nos exige reinventar nuestro destino.
La Patria que soñamos necesita que la democracia sea algo más que un puñado de representantes ocultando la crisis de su sentido, para darle lugar a aquel anhelo con el que Perón se atrevÃa a sostener que “Asà como la monarquÃa terminó con el feudalismo y la república terminó con la monarquÃa, la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y sus distintas evoluciones democráticas de que hacen uso las plutocracias dominantes.”
Hay que repensar nuestra organización nacional y un federalismo para el Siglo XXI para seguir forjando el destino de una Argentina Grande, hay que pensar la planificación económica nacional desde la comunidad organizada, la producción popular y un Estado que aprenda de la amenaza actual de su destrucción para repensarse como motor de la felicidad colectiva de nuestro Pueblo.
Hay que construir democracia, pero no para producir candidatos. Hay que forjar democracia para producir convicciones, parir soberanÃa, edificar independencia económica y conquistar justicia social.
Por ese andar colectivo, levantemos lo que tengamos en el vaso en éste 2023, y juremos vencer.
Feliz 2024, y a pelear hasta que todo sea como lo soñamos.