Todo calor es político

05 de agosto de 2023
Matías Rodriguez

Matías Rodriguez es periodista, colaborador de infoNativa. 

Detrás del “veranito” del que hablan simpáticamente muchos medios, existe un fenómeno que avanza al compás del ansia de lucro de un reducido grupo de empresarios internacionales: el cambio climático.

En la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano sorprendió el calor de fin de julio. Pocos se quejaron, se vivió más bien como una curiosidad y hasta con cierta simpatía. “Veranito”, titularon algunos medios y costó encontrar alguna nota que diga algo más que el asombro ante las cifras. La realidad es mucho menos naif: julio fue el mes más caluroso en la historia de la humanidad y esto tiene causas enraizadas profundamente en la destrucción del medioambiente que conlleva la producción de las grandes empresas y tiene consecuencias todavía imprevistas.

3 de julio, es la medianoche en el Valle de La Muerte, California y hay 48.9 grados centígrados. Esta es la temperatura más alta registrada a esa hora en cualquier lado del mundo.

Además, las altas temperaturas superaron los 50 grados centígrados en los Emiratos Árabes Unidos, México, China, Irán, Kuwait, Omán, Arabia Saudita y los Estados Unidos.

 

¿Por qué tanto calor?

En julio, el hemisferio norte se encuentra atravesando el pleno verano por lo que es normal que sea el mes más caluroso del año. Pero las temperaturas alcanzaron un récord histórico debido al desarrollo de El Niño y el calentamiento cíclico del Océano Pacífico tropical que suma calor a la atmósfera, además de los efectos del calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero.

Es decir, en el fondo el problema es la producción capitalista y su relación con el planeta. El cambio climático, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano, "ha hecho que las olas de calor sean más largas y frecuentes", señala la red de científicos World Weather Attribution (WWA). "Las recientes olas de calor ya no son acontecimientos excepcionales” y "serán aún más intensas y frecuentes si las emisiones no se reducen rápidamente", explicaron los investigadores de WWA.

Si bien fenómenos naturales como los anticiclones o El Niño pueden contribuir a desencadenar estas olas de calor, "calentar las temperaturas del planeta quemando combustibles fósiles es la razón principal por la que son tan graves", subrayó la WWA.

 

¿Qué consecuencias trae este calor? 

El calor extremo genera distintas afecciones a la salud, que pueden ser tanto momentáneas como volverse de largo plazo. Esto ocurre ya que -como el cuerpo se enfría mediante la sudoración-, al sufrir las altas temperaturas no alcanza para enfriarlo. De esta forma, la temperatura corporal se eleva hasta niveles peligrosos y es posible desarrollar enfermedades causadas por el calor.

Además, en las zonas en las que la temperatura superó los 50 °C, como en EEUU y partes de Europa, se reportó un gran aumento de las muertes relacionadas con el calor, ya sea por la exposición en malas condiciones o bien por los incendios forestales que se generaron.

 

¿Qué puedo hacer?

Un informe elaborado por Richard Heede del Climate Accountability Institute de EEUU, una de las mayores autoridades mundiales en el estudio de la responsabilidad de las grandes empresas de hidrocarburos por la creciente emergencia climática, demostró que sólo 20 empresas han contribuido al 35% de todo el dióxido de carbono y metano emitidos desde 1965, año en que el impacto medioambiental de los combustibles fósiles ya era conocido por la industria

En el listado figuran multinacionales de propiedad privada, como Chevron, Exxon, BP y Shell, y compañías estatales como Saudi Aramco y Gazprom.

“La gran tragedia de la crisis climática es que 7.500 millones de personas deban pagar el coste, en forma de un planeta degradado, de los inauditos beneficios que una veintena de intereses contaminantes siguen obteniendo. Es un gran defecto moral de nuestro sistema político que hayamos permitido que esto ocurra”, aseguró Michael Mann, uno de los investigadores sobre el clima más importantes del mundo.

Otro estudio de Carbon Disclosure Project titulado The Carbon Majors Database explicó que un centenar de empresas son responsables del 71 % de las emisiones globales de GEI desde 1988 causantes del calentamiento global.

Kohei Saito, filósofo japonés autor del best seller “El capital en la era del antropoceno”, fue más cauteloso y explicó que el 10% más rico es responsable del 50% de la emisión de dióxido de carbono y el 50% más pobre es solo responsable del 10%.

¿Qué podemos sacar en limpio de todos estos números? Que la responsabilidad por el cambio climático y el calentamiento global está hiperconcentrada en unas cuantas empresas y unos pocos miles de ricos. Las actitudes individuales de reciclaje, no usar autos, caminar o andar en bici son posiciones éticas frente al problema, pero no constituyen una estrategia eficaz para detener el cambio climático.

Los Estados se muestran “preocupados”, pero no hacen nada frente a las grandes corporaciones, sólo un proceso de amplia movilización popular puede tener injerencia y provocar un accionar político para que se limite este nivel de emisiones. Es decir, la culpa no está en tu vecino que va a trabajar en auto pudiéndolo hacer en bicicleta, todos los números indican que cuando quieras pensar en responsables, tenés que mirar para arriba, no para el costado.