No hay pedo, no hay buzo, no va a salir bien, ni nada

05 de octubre de 2024
InfoNativa

“¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a subir como pedo de buzo” sostuvo Milei hace unos meses atrás en una cena recordada por sus imitaciones esquizofrénicas. La inflación que no afloja, los ingresos que no se recuperan, el consumo que cae en picada, el PBI que retrocede y la recesión que no da tregua, parecen indicar que no hay pedo, no hay buzo, ni nada.

Corría el mes de abril, en una cena ante los miserables de la “Fundación Libertad”, Javier Milei oficiaba de imitador y tonto animador de la celebración de los garcas. En medio de su exhibición de imbecilidad sostuvo “¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a subir como pedo de buzo”.

Ni la inflación que sigue castigando el bolsillo, ni la caída estrepitosa del consumo popular, ni los salarios públicos y privados que no dejan de arrastrar una pérdida gigante en su poder de compra, ni las jubilaciones por el piso, ni el retroceso en el producto bruto, ni la recesión económica, parecen estar indicando que no hay pedo, no hay buzo, que esto no va a terminar bien, ni nada por el estilo.

Según un informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), ni el brutal ajuste fiscal ni la caída de la actividad económica y la continuidad del ritmo de devaluación del 2% mensual pudieron terminar con la inflación.

Desde que asumió Milei, los precios aumentaron 144,4%. “Es el peor inicio de un gobierno desde la década de 1990”, concluye el informe.

A la inflación que no encuentra reparo y se siente en el bolsillo del conjunto de los que vive en la realidad efectiva de nuestro país, y no en la virtualidad que refugia el cinismo con el que se exponen las virtudes económicas de éste programa de miseria planificada; lo cierto es que el retroceso en los salarios termina de completar el espantoso panorama.

“La práctica ganada para las negociaciones colectivas permitió que el salario privado lentamente recupere una parte importante de la pérdida de poder de compra que se produjo con la devaluación de diciembre –explican desde MATE–. En el sector público la situación es más compleja por el ajuste fiscal y el ahogo financiero sobre las provincias”.

En una estimación elocuente que ensaya el Mirador, exhibe que desde el año 2015 hasta el presente (en lo que denomina la década perdida) los trabajadores del sector privado perdieron 16,7 millones de pesos en el bolsillo por el deterioro de los ingresos.

En tanto, “la década perdida para los trabajadores estatales: casi 30 millones de pesos menos en cada bolsillo” destacan en su informe.

Las jubilaciones mínimas, por su parte, a diciembre de 2015 según el estudio perdieron un tercio de su poder de compra. “La caída de las jubilaciones durante los primeros 9 meses del gobierno de Milei es la más fuerte de los últimos 30 años”, sentencian en MATE.

El informe, con números del segundo trimestre de 2024, da cuenta de un panorama general que por ahora no vislumbra recuperación: el consumo privado cayó 10% interanual (sólo comparable con la pandemia), la inversión se derrumbó un 30%, el desempleo subió al 7,6% de la población económicamente activa (aunque es 8,4% en el universo de mujeres), la pobreza trepó al 53% y la indigencia se duplicó y alcanzó su máximo registro histórico.

Semejante deterioro en los ingresos termina por exhibir un deterioro en el consumo popular.

“El consumo privado cayó 10% en el segundo trimestre de 2024 en relación a un año atrás. Este es el principal componente del PBI de la economía y su caída implica un freno para todas las actividades productivas”, sostuvieron desde MATE y señalaron “La magnitud de la destrucción actual del consumo  sólo es comparable con la pandemia o con grandes crisis”.

“El cambio distributivo iniciado por (el ex presidente Mauricio) Macri en diciembre de 2015 y nunca revertido, implicó una pérdida de bolsillo de 16,7 millones de pesos para cada trabajador registrado en el sector privado”, apuntó el informe. Y añadió: “La caída del salario en lo que va del mandato de Milei generó una transferencia de 22,1 billones de pesos, de los cuales 15,6 salieron del bolsillo de los trabajadores” .


Recesión

Hace algunos días, la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA) emitió un documento en el que advierte que el 69% de las empresas han despedido trabajadores desde diciembre a la actualidad, como consecuencia de las políticas implementadas por el actual gobierno. A su vez, en el 60% de las empresas incluidas en el relevamiento se señala que sus trabajadores sufrieron algún tipo de suspensión en sus puestos de trabajo como respuesta a la crisis económica.

En el 75% de los sectores relevados se verifican reducciones de turnos de trabajo. El 31% señala que se redujeron del 30 al 60 por ciento de los turnos, y en el 44 por ciento menos del 30 por ciento de turnos.

Los sectores con mayor cantidad de empresas englobadas en la encuesta son Construcción (22.500 aproximadamente), Metalmecánica (11.000), Textil (10.700), Maderera (6000), Plásticos y Vidrio (2000 empresas cada uno), Petróleo y Gas (1500), Naval (1300), Lavandería y Tintorería (1000), Gráficos y Papeleros (aproximadamente 900 empresas en cada uno).

Respecto de diciembre de 2023, 89,5 por ciento considera que la situación ha desmejorado. El 55% respondió que, en la actualidad, la situación es «mucho peor» que al inicio de la gestión Milei. Según CSIRA, el dato “es similar al relevamiento del mes de mayo, lo que muestra que la situación no solo no ha mejorado en los últimos meses, sino que tampoco se ve un escenario mejor hacia fin de año”.

El documento señala que “el desafío de la etapa es acuciante; la actual política económica, la sanción de la Ley Bases, el DNU 70/2023, la recesión y la falta de un modelo productivo nacional de desarrollo del actual gobierno impacta sobre la producción y sobre la vida de los trabajadores argentinos”. Agrega que tal situación “pone a los sindicatos integrantes de la CSIRA en la necesidad de realizar acciones para contar con herramientas propias para dar el debate sobre la actual situación del sector industrial”.

Según la entidad, la caída de las ventas es más que elocuente: el 72% de los actores relevados indicó que cayeron las ventas en más de un 15% en relación a los niveles de cierre del año pasado. En relación con la producción, “el 69 por ciento sostuvo que la caída fue superior al 15%, mostrando el estrecho linkeo entre ventas y producción”.

El impacto de los aumentos de tarifas en más de la mitad de sectores industriales ha provocado un aumento en sus costos totales de más del 30%. En el 17% de sectores, el impacto en costos ha sido mayor al 80%.

Como consecuencia de este incremento en los costos y la caída en los ingresos por ventas, en el mes de septiembre sólo el 51,7% de las empresas pudo abonar las remuneraciones a sus trabajadores en las fechas de cobro establecidas. Un 37,9% de las empresas se vio obligada a dividir los pagos a lo largo del mes, mientras que el 6 por ciento admite no lograr cumplir con los pagos dentro del mismo mes de la obligación.

En cuanto a las expectativas para lo que resta del año, el 86,2% considera que la situación empeorará, divididos entre un 58,6% que advierte que la situación será «mucho peor» y un 27,6% que avizora que será “moderadamente peor”. El 13,8% restante estima que la situación será igual al presente.

No se registran respuestas que pronostiquen una mejora de aquí a fin de año, relevando de éste modo el estado del humor en quienes asumen materialmente la producción industrial en nuestro país.