En primera persona: “estuve en la movilización y fue aterrador”
María Martínez es jubilada y también hincha de Argentinos Jrs. El miércoles participó de la movilización, como lo hizo siempre por las causas justas. Pero esta vez es distinta no solo por la represión, sino por el plan de ajuste y aniquilamiento directo hacia esta porción de pueblo que son nuestros viejos. En esta nota, su testimonio en primera persona.
El miércoles pasado una vez más y como ya se hizo costumbre desde que asumió Javier Milei, los jubilados volvieron a marchar frente al Congreso. Esta última convocatoria tuvo una particularidad: la movilización fue la más numerosa desde que se realizan. Fue acompañada por hinchas y simpatizantes de clubes de futbol, luego de la última represión policial que padecieron los viejos, para acompañar el reclamo y proteger a los jubilados de las fuerzas de seguridad comandada por la ministra Patricia Bullrich.
“Me sumé a la marcha porque soy jubilada y como sujeto político siempre estuve en todas las luchas a lo largo de mi vida” le cuenta a este cronista María Martínez. Tiene 63 años, es jubilada. También es hincha del bicho. Y como lo expresa, viene participando de estas jornadas de lucha en las que se reclama nada más y nada menos que lo que corresponde: una jubilación digna luego de haber trabajado toda la vida. “El plan de este gobierno es quedarse con el fondo fiduciario del ANSES y reventar el sistema previsional”, sentencia.
“La marcha fue importante. Lo terrible fue que empezaron a reprimir antes del horario de la convocatoria, que era las 17 horas. Media hora antes ya había empezado la represión. Lo que creo es que sabían que se venía una gran movilización y decidieron no dejarla llegar a la plaza de los Dos Congresos. De cualquier manera, la gente entraba y salía, entraba y salía todo el tiempo. La represión en Callao y Corrientes fue terrorífica, nunca vi una cosa así, tan feroz, salvo la del 19 y 20 de diciembre del 2001. Recuerdo la represión del Gobierno de Macri con los gases y todo lo que nos tiraron aquel día. Tengo las imágenes en la cabeza de la policía disparando directamente al cuerpo, nunca al piso, disparando la bala de goma, cazando a pibes y pibas, saltando para entrar en el subte, gaseando a la gente en el subte.”
Fue un día tan largo que terminó a la mañana siguiente. “Terminé buscando a una compañera a la que le metieron nueve balazos de goma en las piernas. Eran las cuatro de la mañana y no podíamos encontrarla, recién a las cinco dimos con ella, había apagado su celular. Nos comunicamos con gente de Correpi, Organismo de Derechos Humanos, hasta que se pudo localizarla ya cuando estaba en su casa. No me daba más la cabeza y el cuerpo. Agotada.”
Respecto de cómo vió posteriormente el tratamiento de los medios masivos de comunicación y el efecto que causó en la opinión pública, afirma: “la realidad es que armaron todo para decir que los barras bravas generaron violencia y posterior represión, no hubo ningún barra brava. Pero en caso de que hubiese alguno ¿qué pasa? ¿no tienen derechos a reclamar? A pesar de no haberlos, ya que éramos jubilados e hinchas -yo ambas- fue vergonzoso lo que hicieron. Los medios de comunicación se aprovechan de los periodistas que cuando habla la ministra de seguridad Bullrich, dice cualquier cosa, cualquier incongruencia y mueven la cabecita firmándole todo, tipo psicólogo, esos son los ensobrados, los que se llevan la platita todos los meses.”
En este punto, María también se refirió a la razia que inició la policía luego de la represión en la plaza y el clima de violencia generalizado que habilita el mismo presidente de la nación, secundado por la ministra de seguridad. “El caso que más me convulsionó fue el de dos niños, uno de 12 años y otro de 14 que salieron de su escuela y no encontraban la parada del colectivo por el hecho de la manifestación. Uno llevaba un mate en la mano y cuando empezaron a reprimir el chico corrió y se le cayó el mate. Lo tuvieron dos horas tirados en el piso, un policía de un físico enorme, arriba de un chico flaquito. Eso es un abuso, no está permitido esposar a menores. Hay un vídeo donde la gente le pregunta al pibe el nombre y el chico lo dice y lo mira el policía diciéndole por qué estoy preso, ¡vergonzoso! No sé qué le dan a la policía. O esas esas exclamaciones de “vengan zurdos” ¡es terrible! Está claro que si hubiese habido represión en la casa de gobierno a la noche, cuando la gente se acercó, se producía en 2001”.
La pregunta que se repite y también se contesta María constantemente es “¿por qué siempre con nosotros? ¿Por qué siempre con los jubilados? Vuelvo a repetir, pero la respuesta existe… hay un fondo fiduciario de la ANSES. Y además es una caja que hace negocios, que YPF, que Vaca Muerta, que esto, que lo otro. No sé en qué habrá quedado eso ¡están vendiendo todo!”
A lo largo de la charla, su alocución no hace otra cosa que enumerar los traspiés con los que se encuentran a diario a la hora de enfrentar, por ejemplo, una enfermedad. Meses de espera por un turno, medicamentos impagables. Tratamientos que en la mayoría de los casos esperar, significa tiempo vital. “La estamos pasando realmente mal. Desde que nos quitaron los remedios, yo convivo con dos enfermedades que son de por vida. Una de ellas es una enfermedad grave, la vacuna que me tienen que dar sale 700 mil pesos y cobro la mínima. Hay compañeros que están pasándola horrible, el PAMI no tiene turnos, y hasta la familia tiene que juntar plata, con aportes de amigos que colaboran para hacer estudios” cuenta. La situación se agrava cuando hay viejos y viejas que deben pagar un alquiler todos los meses para tener un techo. La cuenta vuelve a ser la misma y los números siguen sin dar.
“Lo peor del caso es que la moratoria termina el 23 del mes, y 9 de cada 10 mujeres en edad de jubilarse no se van a poder porque no tienen los aportes”, sintetiza sumando un problema más al que se enfrentará esta población y principalmente las mujeres en edad de jubilarse que no podrán hacerlo por falta de años de aporte.
El presente es doloroso. Pero también se hace necesario pensar en cómo salimos de esta situación y fue lo que le pregunté a María. “Creo que la pregunta, aunque parezca la más complicada, es la más sencilla. Ellos son los degenerados que tienen el poder y vienen por nuestros recursos, Vienen por nosotros. Vienen para dejarnos sin un mango, como en la década del 90, con el menemato. Como digo, es más sencillo de lo que uno cree, porque ellos tendrán el poder, pero uno tiene el poder de la palabra y de la organización popular” explica y continúa: “Uno tiene el poder de la palabra, por eso nos quieren callar. Por eso nos quieren que hablemos. Por eso nos critican en los medios de comunicación. Por eso no les gusta que hablemos del fondo fiduciario. Por eso no quieren que hablemos de poder. Por eso el gobierno la felicita a Bullrich diciéndole que lo que hizo está bien, porque le está tapando un montón de temas como las estafas y los negocios. Pero uno puede desde la palabra, con frases cortas, decirle al otro, ¿y a vos cómo te va? ¿Cómo te estás yendo? Cuando el otro empieza a justificar, decirle, ¿por qué no te animas a cambiar de canal? No es un esfuerzo tan grande apretar un botoncito y mirar otro canal. No es un esfuerzo tan grande ir hasta la plaza de tu barrio a charlar con alguien que piense diferente. No es un esfuerzo tan grande leer un periódico, una gaceta, un diario barrial, para enterarte qué es lo que pasa en tu territorio. Mínimamente saber qué es lo que pasa en tu barrio, en los barrios aledaños, en la ciudad donde vivís, en la provincia donde vivís. No es tan difícil abrirles los ojos a las personas, pero siempre y cuando las personas se animen a hacer esto” propone y nos convoca a las generaciones venideras, una vez más.
-¿Salimos de esta, María?, repregunté.
“Vamos a salir, yo tengo fe que vamos a salir de esto. Tenemos que salir. Y además tenemos que aprovechar los errores de ellos. Hay que aprovecharlo, aunque esos errores sean contra nosotros. Tenemos cuadros políticos suficientes, pero desaprovechados, para dar vuelta esta etapa, mientras ellos tienen operadores, evasores, gerentes, estafadores, no tienen un solo cuadro político. Así que hay que salir, hay que hablar mucho con los jóvenes, y mucho con la gente de mi edad también, que apoyó a este gobierno, para ir forjando una idea de proyecto de país”.