El ataque contra el sistema científico: La larga noche de los salarios cortos
Un nuevo informe revela que el proceso de destrucción de los salarios en el sistema nacional de ciencia y tecnología no tiene freno. En junio, las remuneraciones del sector volvieron a caer, esta vez, el 1,6%. De esta manera, desde la llegada de la administración libertaria al poder, los sueldos de científicas y científicos se desplomaron más del 35%, mientras que en las universidades el derrumbe es de casi un 30%. El deterioro del poder adquisitivo obliga a cada vez más personas a buscar nuevos empleos o a abandonar el sistema.
El 29 de julio de 1966, apenas un mes después de haber ejecutado el golpe de Estado contra el gobierno de Arturo Illia, la dictadura del general Juan Carlos Onganía decretó la intervención de las universidades nacionales y ordenó reprimir a estudiantes y profesores que defendían su autonomía. El hecho pasó a la historia como “La Noche de los Bastones Largos”. En los meses posteriores, más de 1.300 docentes renunciaron a la UBA y más de 300 científicos y científicas decidieron continuar con sus carreras en el exterior. Equipos de investigación completos quedaron desmantelados.
Ese accionar brutal marcó el inicio del primer proceso de “fuga de cerebros” que sufrió nuestro país, situación que luego, por persecuciones políticas o crisis económicas se repitió con fuerza durante la última dictadura cívico militar y a lo largo de la década del 90.
Desde que Javier Milei asumió la Presidencia de la Nación, el gobierno viene desarrollando un persistente ataque simbólico y un agobiante ahogo presupuestario contra el sistema científico nacional que no tiene precedentes históricos. Esta vez, sin bastones y sin gases –pero con una estrategia que puede ser aún más efectiva en el mediano plazo–, el objetivo parece ser el mismo, empujar a todos los y las integrantes del sector a renunciar a las instituciones en las que trabajan y a que, quienes puedan, se vayan al exterior si quieren seguir dedicándose a la actividad científica.
En ese marco, un nuevo informe del Grupo EPC (Economía, Política y Ciencia) confirma que el sendero descendente en el poder adquisitivo de los sueldos de CyT parece no tener final. Así, de acuerdo con el estudio, en junio de 2025, los salarios del sector siguieron sin tener ningún tipo de aumento nominal, por lo cual cayeron un 1,6% real respecto del mes anterior. Además, es la primera vez desde julio de 2021, que ninguno de los agrupamientos que conforman el sector –investigadores, docentes, becarios y empleados públicos– recibieron subas nominales.
Este nuevo descenso lleva a que, entre noviembre de 2023 (último mes liquidado por la gestión anterior) y junio de 2025, los salarios CONICET (CIC-CPA y Becas) se derrumbaron un 35,9% real, mientras que para docentes investigadores de las universidades nacionales la caída es del 29,2% y para el resto del empleo público (SINEP) alcanza al 26,9%.
El origen de esta situación de degradación de los ingresos surge del hecho de que desde la asunción del nuevo gobierno, la variación del índice de precios al consumidor alcanzó un 214,5% pero, en el mismo período, las remuneraciones de los trabajadores del SINEP se incrementaron nominalmente un 129,9%, los salarios de docentes e investigadores en universidades lo hicieron un 122,7% y los distintos agrupamientos del CONICET (CIC-CPA y becas) aumentaron un 101,7%. De esta manera los diversos agrupamientos pierden entre 84 y 113 puntos respecto de noviembre del 2023.
Otra manera de dar cuenta del particular encono con el cual el gobierno nacional trata a los trabajadores y trabajadoras del sector, pasa por observar la evolución discordante que han tenido los salarios del sistema de CyT en relación con el de los empleos privados registrados. Utilizando la información provista por el INDEC, el informe destaca que mientras que durante 2025, el salario privado registrado se ha estancado, los sueldos del SNCTI, continúan descendiendo, manteniéndose por debajo del del promedio del período 2019-2023 y alcanzando mínimos en la serie histórica. Llama la atención que en el caso del CONICET se produjo la reversión completa de la recuperación que se había logrado entre 2019 y 2023.
El trabajo avanza un paso más y analiza lo que pasa con los ingresos si la comparación se realiza contra diciembre de 2015. En ese caso, respecto de junio de 2025, los salarios privados han perdido 20,4 puntos, los sueldos CONICET y UUNN caen entre 35 y 37 puntos y los del SINEP se ha deteriorado 56 puntos en 9 años y medio.
Más adelante, el estudio utiliza otro método para graficar el deterioro de los ingresos que consiste en expresar los salarios testigo por agrupamiento en canastas básicas totales calculadas por el INDEC para un hogar tipo 2 (compuestos por una pareja de adultos con dos hijos pequeños). En este caso, los sueldos de investigadores e investigadoras pasaron de representar 1,72 canastas en noviembre del 23, a solo 1,20 canastas en junio de 2025. A su vez, los salarios de docentes en universidades nacionales pasaron de 1,45 a 1,12 en el mismo período, y los SINEP se encuentran bajo la línea de pobreza desde diciembre del 23.
Otro dato muy ilustrativo del escenario actual es que desde que asumió la administración actual, los salarios y estipendios CONICET bajaron en todos y cada uno de los 19 meses que llevan de gobierno. La única excepción fue mayo del 24.
La trayectoria de los salarios reales de docentes en universidades siguió un recorrido levemente diferente aunque con el mismo mal resultado final. En este caso, luego del fortísimo derrumbe de enero y febrero del 24, comenzó un proceso de recuperación parcial que se extendió hasta octubre de ese año. A partir de noviembre, la declinación no tuvo pausa hasta junio del 25, lo que supone 9 meses consecutivos de caída. De esta manera los salarios ya se encuentran muy cerca del piso de enero del 24.
Este ajuste en la política salarial hacia las y los docentes en UUNN revierte plenamente la recuperación que había tenido este sector entre 2003 y 2011 (+81,4% real), acelerando brutalmente el deterioro que ya habían sufrido entre 2011 y 2021 y que apenas se había comenzado a revertir en 2022 y 2023. Actualmente, los salarios en las universidades se encuentran por debajo del nivel de 2002 y a 39,0 puntos del pico de 2011.
Hace algún tiempo durante una charla de economistas que analizaban las consecuencias del austericidio que provocan todos los regímenes neoliberales, un asistente preguntó si existía algún tipo de límite técnico para el ajuste más allá del cual no se podía seguir recortando. La respuesta de uno de los investigadores fue clara y contundente: “El único límite para el ajuste es la resistencia de los ajustados”.