Consumo Popular Organizado: Atender demandas sociales en la comunidad
"El proyecto Consumo Popular Organizado (CPO) nació hace algo más de cinco años. Su objetivo era demostrar sin dejar lugar a dudas que se podía distribuir alimentos de almacén a domicilio, en todo el país, compitiendo eficazmente con todo canal alternativo, incluso el de las grandes corporaciones comerciales. Lo Logramos". La realidad es superior a la idea, decía el Papa Francisco. En ésta nota, Enrique Martínez, narral a experiencia de un proyecto concreto, material, comunitario y exitoso.
El proyecto CPO nació hace algo más de cinco años. Su objetivo era demostrar sin dejar lugar a dudas que se podía distribuir alimentos de almacén a domicilio, en todo el país, compitiendo eficazmente con todo canal alternativo, incluso el de las grandes corporaciones comerciales.
Lo logramos.
Cuantitativamente, tenemos una presencia irrelevante, porque nuestro modesto patrimonio no nos permite encarar fuertes campañas de difusión ( en verdad, ni débiles), y además porque la rutina de abastecimiento de bienes tan básicos, para la gran mayoría sigue apuntando a lo inmediato, lo cercano, sin planificación alguna.
Sin embargo, cualitativamente, varios miles de consumidores, de norte a sur del país,apelan a nosotros y a través del tiempo nos asignan la prioridad en su atención. Reciben a cambio, bienes producidos por cooperativas, algunas de ellas grandes, pymes, empresas familiares y hasta emprendimientos de jóvenes rurales, que aportan singularidad, calidad y precio sensato. Más de 70 proveedores, están en nuestro portal cpo.org.ar, ya acompañados por productores de bienes de cuidado personal, de juguetes, algo de indumentaria, superando una oferta de 800 productos, que crece y crece.
Es hora de avanzar hacia más fines sociales, manteniendo y consolidando lo logrado.
IDEA CENTRAL
Creemos posible que el reordenamiento de la forma en que grupos de consumidores se abastecen de alimentos, genere ahorros a CPO que puedan ser transferidos íntegramente a esos mismos grupos para que ellos lo apliquen a fines sociales predeterminados.
En particular, está a nuestro alcance encarar inicialmente los costos de logística, que tienen alto impacto en nuestro márgen operativo.
Este concepto lo aplicaremos en dos espacios sociales.
1.COMEDORES COMUNITARIOS
La concentración económica y la exclusión sistemáticas, ya dejaron allá lejos la caída permanente del salario real de los trabajadores. Hace décadas, sucede además que se deja sin trabajo y sin comida a millones de compatriotas.
Durante varias décadas los gobiernos populares han reaccionado frente a este escenario tratando de atender las necesidades básicas de los perjudicados, en paralelo con algunas pocas acciones que buscaron reducir o eliminar las causas de los problemas.
Así, se generalizó la distribución de alimentos y la asistencia económica a comedores comunitarios, muchos de instituciones asistenciales, como las iglesias, y muchos más fruto de la organización popular.
Nosotros queremos convertir la crisis provocada por una filosofía de la administración pública que retira al Estado de sus obligaciones esenciales, en una oportunidad de mejorar el tejido social, a través de la cooperación y la organización comunitaria.
Esto no se logra con la caridad tradicional. No se trata de pedir a unos que pongan dinero, el capital simbólico de este tiempo, para que otros puedan subsistir.
Se trata de algo de más compleja realización, tal vez, pero seguro de efectos más fuertes y persistentes.
Es reorganizar algunas de las formas por las que nos abastecemos de alimentos, generando ahorros en la organización distribuidora (en este caso CPO), que puedan ser utilizados en favor de los más necesitados.
En concreto: Si un grupo de consumidores compra los bienes que necesita, cada uno de manera individual, retirando en conjunto del depósito de CPO, el costo de la logística que CPO se ahorrará (estimado en 12% del monto total) puede ser derivado, como mercadería de valor equivalente al comedor comunitario que ese grupo de consumidores defina.
Tomando como referencia el consumo promedio en CPO, se puede considerar que el ahorro de logística de 3 compras bastan para atender la alimentación diaria durante un mes, de una persona en un comedor comunitario.
Esta iniciativa se puede adoptar en una comunidad cercana al comedor a beneficiar o por parte de cualquier grupo que esté en condiciones de generar el ahorro de flete mencionado, sea porque el comedor aporta la solución o un ámbito público o privado lo hacen, o surge del grupo solidario de consumo.
Como complemento relevante, podremos asistir técnicamente a cada comedor para que su eficiencia sea cada día mayor e incluso para que puedan generar recursos adicionales vendiendo alimentos a terceros pudientes.
Se reitera la idea: Cada consumidor debe tener a disposición un menú para comprar libremente y a precio conveniente.
Lo tiene.
Solo debe coordinar la forma en que compra, con otras personas, para que se genere un ahorro de flete.
No parece imposible ni mucho menos.
Estamos elaborando la implementación de un plan piloto, con la conducción de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que administra nada menos que 10.000 comedores en todo el país, la mitad de los cuales está en CABA y BsAs.
Para todos es un verdadero desafío, porque se trata de un cambio de mirada sustancial. Justamente por eso vale la pena.
2.EL TRABAJO RURAL JUVENIL
El segundo espacio con el que pensar y trabajar es el de los egresados de escuelas agrícolas y sus docentes.
Como regla general casi absoluta, el sistema de formación de técnicos y técnicas agropecuarias no cuenta con capacidad de orientar ni mucho menos asegurar el trabajo en tareas relacionadas con su preparación técnica a sus egresados.
Inspirados en un acuerdo piloto hecho hace 6 meses con una escuela de Roberto Payró, partido de Magdalena, buscaremos aplicar el principio expuesto, de ordenamiento de la forma de abastecimiento, para obtener dos resultados:
- Distribuir por CPO los productos generados en las salas de producción de escuelas rurales de la Provincia de Buenos Aires, que hasta el presente se utilizan casi exclusivamente con fines docentes y pueden ser salas de elaboración compartidas por varios emprendimientos pequeños.
- Contar con grupos de jóvenes y docentes para la distribución de todo el menú de CPO en la zona urbana y rural de su área de influencia, generando así recursos que aporten capital de trabajo a los emprendimientos que se vayan desarrollando.
Al presente (23.4.25) se ha agregado al programa una escuela agraria de Barrientos, Lobos y se avanza en un convenio con la Dirección de Educación Agraria de la Provincia de Buenos Aires, para ampliar el alcance inicialmente a 10 escuelas más, cuyo listado ya se acordó y que forman parte de un universo mayor, que cuentan con salas de elaboración.
¿Es simple el programa?
Definitivamente no. Implica comenzar por lo más complejo de los cambios: la modificación de culturas y rutinas.
Parecería más simple si se tratara de establecer reglamentos a cumplir burocráticamente. Pero no solo las burocracias tienen baja tendencia a modificar escenarios por su propia iniciativa, sino que además dependen de tendencias que marcan los gobiernos, demasiado ocupados con los marcos de referencia generales, como para atender con eficiencia programas en el territorio que dependen de una aplicada mirada de cada detalle.
Nuestra meta es utilizar la docena de casos que aspiramos a encarar, para construir un patrón base, que oriente a tantas iniciativas similares como se puedan encarar descentralizadamente en todo el país.
En eso estamos.
POR QUÉ DIFUNDIMOS ESTOS PROYECTOS
Porque en esencia lo que estamos tratando de hacer es atender necesidades sociales teniendo como instrumento eje a un programa de apariencia comercial (CPO) que en rigor es un programa social que busca y necesita obtener sus recursos participando del mercado de distribución y comercialización de bienes.
Este concepto – el de la producción social – debe conocerse, difundirse, instalarse en la cultura comunitaria argentina, como un factor de transformación no menor.
No implica monumentales inversiones extractivas ni de otra naturaleza, para generar o ahorrar divisas. Eso circula por otro carril.
Esto es bien diferente. Es cambiar el sentido de nuestras vidas.
Siempre hay tiempo.