Caso de Lucas González: La vida de los pibes importa

15 de julio de 2023
Matías Rodriguez

Matías Rodriguez es periodista, colaborador de infoNativa. 

El caso de Lucas González, la condena a los autores del asesinato, las cifras de muertes de la policía porteña y los disparos que salen desde las pantallas.

Los hechos

Una mañana de noviembre del 2022, un pibe de 17 años vuelve a su casa en auto con tres amigos por la Avenida Iriarte. Son todos futbolistas. El pibe juega de enganche en Barracas Central y los amigos habían hecho una prueba en el equipo. Son todos de Florencia Varela.

Llegando a Vélez Sarsfield se los cruza un Nissan Tiida sin identificación con cuatro policías de civil. El chico que está manejando se asusta. Acelera. Los policías disparan a matar. Cuatro balas impactan en el auto y dos en la cabeza del pibe. El pibe de 17 años y empieza un operativo de encubrimiento.Dos de los amigos son detenidos y un tercero logra escapar. El pibe, dos días después, muere en el hospital.

El pibe se llamaba Lucas González, tenía el sueño de jugar en primera. Era querido por amigos, vecinos de su barrio y familiares. Esta identidad, la de un pibe de 17 años que no le hizo nada a nadie, tuvo que enfrentarse a la versión policíaca que durante 48 horas intentó estigmatizar a Lucas y sus amigos para resguardar al accionar de la fuerza. Lamentablemente, la mayoría de los medios de comunicación reprodujeron acríticamente las mentiras de la policía.

Dijeron que era un enfrentamiento, que los jóvenes hicieron “maniobras evasivas” con el auto que tenían “actitud sospechosa”. Todas apreciaciones subjetivas que según la ley 5688, que creó la Policía de la Ciudad, no le permiten a un efectivo dispararle a nadie.

Según esta ley, para que un policía de la Ciudad pueda dispararle a alguien debe identificarse, generar una advertencia y tiene que estar en riesgo su vida o la de un tercero. Es decir, es evidente que el accionar del inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas  integran la Brigada de la Comisaría 4D de Barracas fue ilegal.

Luego de movilizaciones de familiares y amigos de Lucas, de inconsistencias dentro de la fuerza y el acompañamiento de las organizaciones de Derechos Humanos y la declaración de Héctor Cuevas la versión oficial de la Policía porteña hizo agua. Lo que siguió después fueron meses de investigación y el martes 11 de julio los autores del asesinato de Lucas fueron sentenciados a cadena perpetua. 

 

Para ver más represión hay que venir al sur

Para la Coordinadora Contra La Represión Policial e Institucional (CORREPI) la Policía de la Ciudad es la “más letal del país”. En un texto publicado en su página oficial explicaron: “En diciembre del año pasado, durante la presentación de nuestro Informe de la Situación Represiva Nacional 2021, ya señalábamos que la policía creada por Macri y administrada por el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta es la más letal del país, dato que surge de la relación entre cantidad de muertes y cantidad de efectivos. Supera incluso por sobre la “maldita bonaerense”, administrada por el nefasto ministro Sergio Berni”.

“La policía de la Ciudad lleva asesinadas al menos 130 personas desarmadas entre el 1° de enero de 2017 y el 25 de julio de 2022. Parece una fría cifra, pero representa 130 historias de vida, 130 familias cuya cotidianeidad cambió para siempre por la represión estatal”, agregaron.

Entre el 2021 y el año pasado murieron 41 personas en hechos de violencia que tienen que tuvieron intervención de la Policía de la Ciudad. La mayoría de los casos de violencia tienen un factor común: ocurren en las calles de los barrios pobres del sur de la Ciudad y el conurbano.

¿Por qué? Porque hay un claro sesgo discriminatorio en el gatillo fácil. “Vos sos un negro villero, también te merecías un disparo en la cabeza”, le dijo uno de los policías a un amigo de Lucas luego de detenerlos y que supieran que eran todos de Florencio Varela. 

 

El quebrado Cuevas

El inspector Héctor Cuevas contó, por primera vez, cómo y quiénes plantaron el arma en el auto Volkswagen Suran en el que viajaban Lucas y sus tres amigos para justificar el asesinato y hacerlo pasar como un enfrentamiento armado.

Cuevas también fue detenido por encubrimiento y por su seguridad fue trasladado al pabellón de lesa humanidad de Ezeiza. Dice que no habló en su momento por miedo. “Es una pesadilla. Yo fui a laburar. Me estoy comiendo un garrón por haber visto algo y no poder decir nada. ¿A quién le iba a decir? Yo los vi, los escuché. Pero estaban todos los jefes”, relató Cuevas.   

 

 

Los condenados y los que están bajo la lupa

Los sentenciados en primera instancia a la pena máxima son el inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial mayor Juan José López y el oficial Fabián Andrés Nieva. El grupo fue hallado culpable de los cargos de “homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser integrantes de una fuerza de seguridad”.

Además, se ratificó el procesamiento del oficial Facundo Torres, gracias  a la declaración del principal Héctor Cuevas que lo señaló como quien aportó el arma plantada en el auto de Lucas. Los fundamentos de las condenas, que se conocerán el 23 de agosto, darán paso a posibles apelaciones, sin descartar tampoco nuevos implicados en una causa en la que ya aparece sobre la mesa el nombre del jefe de la Policía porteña, Gabriel Berard.

Sucede que otro de los policías acusados de encubrimiento, Ángel Arévalos acusó a Berard de presionar a distintos oficiales para que no cuenten nada de lo que saben.

“El jefe de la Policía de la Ciudad, por intermedio de dos de sus abogados, está presionando al personal subalterno, o sea, a los oficiales de menor jerarquía, para que ellos hablen con sus familiares y que ellos digan que no escucharon nada”, expresó Arévalos.

La investigación va a seguir y los familiares y amigos de Lucas prometen llevar seguir la lucha hasta que se conozca toda la verdad. Mientras tanto, se sigue escuchando en la campaña la necesidad de que “se deje actuar a los policías” y dichos discriminatorios como los de Franco Rinaldi contra los pibes de las villas se siguen disparando.